Sentiste su mirada quemarte de nuevo, esa mirada que siempre te dirigía, discreta para que nadie en el salón se diera cuenta.
Tu estómago se apretó con asco, la ansiedad y el terror se apoderó de ti. Trataste de respirar profundo, sin levantar tu vista del cuaderno, pues lo que menos querías era encontrarte con sus ojos.
La forma en que te miraba era como si te desnudara lentamente, tratando en su imaginación de ver debajo de tu falda, de tu blusa, de toda prenda que te cubriera. Era molesto y sumamente irritante el no poder decirle que parara en ese instante.
Garabateaste en tu cuaderno unas cuantas palabras tratando lo mejor posible de entender la clase, pero ya era imposible. No querías mirar al frente, ni mucho menos enfrentar cara a cara a él. Toda eso era malditamente frustrante.
Tragando duro levantaste un poco tu vista, sólo con la intención de ubicar donde se encontraban sus zapatos y así mirar a una dirección opuesta a él.
- Señorita (T/N), ya que la veo muy concentrada en la clase, dígame ¿Cuál fue la importancia de Anna schwartz para la economía moderna? - Preguntó con ironía tu profesor.
Sintiendo el miedo comerte las entrañas alsaste la mirada, y por fin lo que tanto temías y él tanto ansiaba sucedió. Lo viste, al fin lo miraste.
Su corazón estalló de emoción con aquel breve vistazo que le diste, no fue más de dos segundos, pero con eso poco le bastó para caer en un espiral de profunda felicidad. Inconscientemente te dio una sonrisa, aunque ni siquiera la viste, porque tu atención estaba en lo que decía el pizarrón.
Jugaste nerviosa con tus dedos bajo la mesa, rascando tu mano en un fallido intento de liberar tus descontrolados nervios. Echaste una lectura rápida a la pizarra para buscar alguna respuesta concisa y corta para la pregunta, pero al parecer no había nada.
- La importancia... ahm - tartamudeaste nerviosa - ella... ah, bueno...-
Un incómodo silencio se hizo en la sala.
- ¿No lo sabe? - Volvió a preguntar con tranquilidad.
- No, yo... No lo sé - Bajaste apenada la cabeza.
Se regocijó al escucharte.
- Bien, quiero que se quede después de clase para repasar lo de hoy. Continuemos -
Mirabas con temor el pasar de los minutos. Cada minuto que pasaba hacia que el agujero en tu estómago se hiciera cada vez más grande. Mordias con tal fuerza el extremo de tu lápiz que parecía que pronto lo devorarías.
Tu respiración errática se cortó abruptamente con el sonido de la campana.
Notaste con una horrible sensación como todos tus compañeros abandonaban el aula rápidamente, casi como si se estuvieran yendo apropósito para dejarte a solas con él.
En un abrir y cerrar de ojos ya no había nadie más que ustedes dos en el lugar.
Él caminó lento hacia la puerta y la cerró con calma. Parecía disfrutar de sobremanera esta situación, y claro que lo hacía, después de todo estas eran de las pocas veces en las que podía estar a solas y tan cerca de ti.
Se volteó y con una escalofriante sonrisa se dirigió a ti.
- Mírame - te dijo con emoción, ya estando de pie frente a ti.
Temblando del terror sin control, le miraste a los ojos, casi desmayandote del miedo.
- ¡Oh Dios mío, eres hermosa!- Gimió en completo éxtasis.
Desbordando una enferma pasión se acercó a tu rostro. Con cada centímetro que avanzaba mayor era la impotencia que sentías, no podías hacer nada contra él y eso te frustraba a más no poder.
Resignada déjate que te tocara, cómo siempre.
______________________________________
It's time to sleep precious~