Ojos. Tus ojos. Esos malditos ojos.
Desprecio, así me miran. Desdén, repudio... Decepción.Vidrios se entierran en mi carne, manchas rojas dejan la silueta de mi pie en la madera. Lentos, uno detrás del otro, creando un camino.
Impotencia, ése sentimiento se aferra a mí pecho, lo muerde y entierra sus garras en él. No me deja dormir, no me deja pensar, no me deja tranquilo.
Culpa. Martillando en mi cabeza, martillando en mi corazón, cayendo de mis ojos, escapando de mi boca.Tamboriliante se mueven los dedos, ocultando falsamente la ansiedad que siento. Escuchando el papel, el bolígrafo, la firma que deja atrás un matrimonio... Nuestro matrimonio.
Ojos, ojos que te observan, te buscan, se mueven desesperados, y miran un beso, uno que con un hombre desconocido se dan.
Rabia, menjunje de ira. Como perro rabioso me mueve por el patio ajeno. Iracundo, a punto de estallar como un volcán en la calma naturaleza. Intento respirar, no puedo, no me deja, no quiero, no quiero perderte.
Tú maldita, tú mujer, tú mi amor... Me usaste, me sedujiste solo por diversión, me dejaste por un rostro más hermoso que el mío.
Pasas tus manos como solías hacerlo con mi cuerpo. Poniendo tus labios sobre alguien que no soy yo. Te derrites por las caricias de un estulto, que no puede hacerte ni lo más mínimo que yo podía.
Pretendes, estas fingiendo y eso lo sé. No estás sonriendo como lo hacías conmigo, pero aún así insistes en forzar una mirada brillante. No puedes brillar ni un poco como lo hacías conmigo. Tus ojos no pueden centellar, brilla más tu collar que tu triste e insípida mirada.
Patético es el constante hecho de que sin ti no puedo vivir. Culpa fue tuya por enredarme en tus sábanas. Me usaste como un títere, querías a ése hombre y no a mí.
Ése palurdo no posee ni un poco de tus modales ¿Siquiera te trata bien? No, verdad, poco te importa eso.
Quiero olvidarme de ti, no puedo hacerlo ¿Qué haz hecho? ¿Qué me haz hecho?
Perra, no tienes la decencia de pedir perdón. Te mofas de mi miserable estado, te regocijas de lo lamentable de mi persona. Eres peor que el demonio. Zorra sin vergüenza.
Te odio, eres lo peor que me pudo pasar. Jugaste con mi corazón, jamás me amaste de verdad, me convertiste en un gusano y me lanzaste a las aves para que me despedazaran.
En ningún momento te de tuviste a pesar en mi, en las consecuencias, en cómo lo que hacías podía afectar. Pero claro, eso es algo que se puede suponer, eres una puta mimada. Si algo no es tuyo, no te importa aplastar a otros solo para tenerlo.
Quiero romper tu ser, quiero verte peor que yo, deseo que ardas en el infierno. Aún, con todo el odio que albergo en mi corazón por ti, no dejo de amarte.
Quiero dejar de sentirme así. No tienes idea de cuánto me hubiera encantado no haberte conocido, que nunca me hubiera pasado ésto. Como desearía que estuvieras muerta.
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Dammi una dannata risposta.