El reverendo Preston

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⟩ _____ Jenner ⟨

—No sé qué pueda hacer para el domingo —dijo Malorie que caminaba conmigo en dirección a la tienda de los Dinwoodie—, ¿Tú qué opinas? Una tarta tal vez, o podría preparar cordero. ¿Crees que sea muy pretencioso preparar cordero y una tarta?

— ¿No crees que exageras un poco?, ¿En serio llevarás comida tan elaborada para un señor que dice hablar con Dios? Es ridículo —le dije mientras la seguía ya aburrida de sus constantes meditaciones sobre qué hacer de comer para dar la bienvenida al señor ese.

—No es exagerado, ______. Es parte de dar una pequeña y acogedora bienvenida al nuevo reverendo, de no ser por él, nuestro gran señor en los cielos...

—Jamás escucharía tus plegarias —viré los ojos mientras la interrumpía inmediatamente—, sí, Malorie, ya lo sé. He oído tanto eso que me sé de memoria lo que dirás pero no deja de parecerme una idea ridícula hablar con algo que jamás has visto ni asegurado su existencia.

— ¿Tú cómo sabes que el aire existe si jamás lo has visto?

—Porque estoy respirando —dije con obviedad—, no es cuestión de ver físicamente nada sino tener la certeza que realmente existe aunque no sea tangible.

Al entrar a la tienda, Gene saludó a mi madre e intercambiamos miradas pero ninguno habló por la tensión creada desde la vez que le había pegado él junto a sus amigos a Arvin.

Ella hizo las compras para hacer la tarta de manzana para el reverendo mientras yo esperaba a que las terminara para poder ir después a comprar los dulces que me había prometido si la acompañaba.

Realmente aunque no me hubiera prometido que me compraría chocolates yo habría ido con ella para no quedarme a solas con William que últimamente se portaba aún más extraño de lo normal y eso me despertaba cierto miedo pero no había querido contarle a nadie al respecto por sentir que sólo dirían que exageraba igual que Malorie.

—Y esto es todo —dijo tomando la levadura que llevaría y dejando todo en el mostrador para que Gene lo anotara y empaquetara antes de cobrarle.

—Son cincuenta dólares —dijo a Malorie, ella sacó el dinero de su monedero y pagó antes de tomar la bolsa con los ingredientes.

—Hasta luego, Gene, salúdame a tus padres —y Malorie se dirigió a la salida.

—Claro, señora Wallace —se despidió de ella—, adiós, bonita —dijo en un tono bajo para que yo sólo escuchara.

—Púdrete —fue mi respuesta antes de enseñarle mi dedo medio y salir de ese lugar después de Malorie para esta vez dirigirnos a la carnicería a comprar los filetes de cordero que mi madre deseaba hacer para el señor esquizofrénico que pensaba que oír voces diciendo que era el elegido era un "privilegio".

—Eres tan grosera, ¿Por qué no saludaste? Las señoritas deben ser educadas, _______.

—Si no fuera tan idiota lo saludaría pero molesta mucho a Lenora junto a sus amigos y hace días golpearon a Arvin cuando la defendió. Son unos idiotas desgraciados.

"Idiotas desgraciados". Analicé un poco mis palabras para darme cuenta que eran las mismas que Arvin solía ocupar.

—Parece que escucho al chico Russell —dijo Malorie burlonamente.

—Pues no está equivocado al decir eso siempre, es la verdad.

—A veces sólo debes confiar en las personas.

— ¿Y esperar a que te decepcionen? No, gracias.

—Eres igual que tu padre —dijo entonces—, eres igual de pesimista y ermitaña a como lo era él.

SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora