SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓

Enfrentamiento

⟩ Arvin Russell ⟨

Volví a entrar al hospital y mentalmente estaba ya preparando mis respuestas para darle a Malorie una vez que estuviera yo frente a ella pidiéndole que por favor me dejara acercar una última vez a Jenner pero no había nadie en la sala de espera.

Miré al doctor dar otros informes a una familia cercana y esperé a que se desocupara para acercarme. Al verlo dar media vuelta, me acerqué a donde estaba él.

—Hola, buenas noches —saludé—. Disculpe, ¿Y las mujeres que estaban aquí? Familiares de ______ Jenner...

El hombre miró su tabla y hojeó sus informes.

— ¿Es algo de la paciente? —me preguntó.

—E-eh, sí —afirmé—, ella es mi esposa —fue lo primero que se me ocurrió decir—, las mujeres que estaban aquí eran su madre, mi hermana y mi abuela.

—Oh, ya entiendo —asintió rápidamente el médico antes de poner una cara de seriedad—, la señora Jenner se encuentra en su habitación. Tuvo un aborto inducido y perdió mucha sangre pero logramos controlar la hemorragia producida —contó—, está delicada justo ahora pero el bebé no pudimos salvarlo, lo lamento.

— ¿Y puedo pasar a verla? —me apresuré a preguntar.

—Oh, creí que la noticia del pequeño...

—Sí, es una pena —asentí rápidamente—, pero ahora mismo me parece mejor preocuparme por la salud de mi esposa, es todo, doctor.

—Sí, tiene razón. Es mejor concentrarnos en curar vivos —asintió—, además, supongo que las más afligidas fueron su suegra y su abuela. La señora Jenner se encuentra en la habitación doce, seguramente sigue dormida.

—Sí. Gracias, doctor.

Lo miré asentir e irse de nuevo por el pasillo. Yo corrí en dirección a las habitaciones buscando la número doce sintiendo que mi corazón quería salir de mi pecho y a este paso lo lograría en cualquier momento pero la dicha de saber que al menos mi Jenner se encontraba bien era en todo lo que podía pensar justo ahora.

Por fin llegué. No pensé en tocar, sólo abrí la puerta y miré ahí a Lenora sentada en el sofá del cuarto con un rosario en manos rezando.

Lenora volteó a verme, de inmediato frunció el ceño con enojo antes de levantarse y acercarse a mí.

— ¿Qué haces aquí, Arvin? —me reclamó—, donde Malorie o Emma te vean aquí...

— ¿Dónde están?

—Rezando en la capilla por el pequeño —dijo ella—, ¿Por qué no te vas a casa? Ya hiciste suficiente hoy.

—Bien, adiós —tomé del brazo a Lenora para sacarla de la habitación.

— ¿Qué? No, espera, ¡Arvin! —se resistió a salir pero la logré llevar a la puerta entre suaves empujones—, ¿Qué planeas?

—Estar a solas con ______, ¿Quieres salir? —y una vez que la dejé afuera, cerré la puerta antes de acercarme apresurado a dónde Jenner estaba.

Me puse de rodillas antes de tomar una de sus manos y besarle el dorso repetidas veces.

—Te dije que era una mala idea, Jenner. Carajo —mascullé poniendo mi frente en el lugar que besé segundos antes—, me alegra que estés viva. Me habría matado si hubieras muerto.

Sentí que apretó con debilidad la mano con la que la tenía agarrada.

—No digas eso —sonaba adormilada.