¿Enferma?

1.5K 155 40
                                    

⟩ _____ Jenner ⟨

Luego de esa noche ninguno de los dos volvió a tocar el tema de William al día siguiente. Por la mañana me levanté desde muy temprano como siempre para prepararme e iniciar el día. Arvin se fue desde que amaneció a su casa pues dijo que  quería hablar con su abuela con respecto a todo el alboroto ocasionado ayer con su ausencia.

—Te veré después, ¿Sí? —me dio un pequeño beso en la frente antes de salir de casa.

—Claro, suerte con tu regaño —lo despedí mientras aún preparaba el desayuno a lo que él solamente esbozó una pequeña sonrisa.

—Gracias, la necesitaré —respondió antes de salir de la cocina—, ¿Puedo dejarte la chamarra aquí, verdad?

—Sí, descuida —accedí acompañándolo a la salida de casa—, trataré de buscar la manera de quitarle la sangre.

—Gracias, Jenner —me miró una última vez antes de salir de casa.

Cerré la puerta cuando lo vi salir de mi jardín y volví a la cocina a seguir preparando mi desayuno antes de irme a la cafetería. Estaba en eso cuando nuevamente las ganas de vomitar se hicieron presentes.

Esos ascos eran cada vez peores y los constantes vértigos no ayudaban de mucho. Por un momento pensé en la probabilidad de estar embarazada porque ni siquiera me había llegado la regla, aunque generalmente era muy irregular así que bien podría ser un retraso como en otras ocasiones.

—Desayuné muy poco, sólo hasta donde sentí que no me haría vomitar. Dejé el resto de la comida y al ver la hora, me apresuré a tomar mis cosas para ir al trabajo.

Llegué y en el lugar ya estaba George comenzando a atender a la gente y Beth en la cocina.

—Hasta que llegas, muchacha —me reclamó Beth al verme entrar apresurada—, lleva los pedidos de la mesa seis y la mesa tres —me señaló las bandejas con la comida de cada mesa a lo que asentí mientras me apresuraba a ponerme el delantal.

—Sí, ya voy —asentí tomando primero una bandeja y saliendo de la cocina para ir a entregarla.

—Hasta que llegas —igual exclamó George—, Beth ha estado como loca toda la mañana buscándote, llegas tarde.

—Lo sé, lo sé, lo lamento, ya deja ahí, yo acabo de tomar las órdenes ahorita.

— ¿Segura? No te veo muy bien, ¿Te sientes mal?

—Estoy bien. No te preocupes anda a atender la barra —le insistí y él asintió dejando las mesas pendientes a lo que yo me encargué de tomar el resto de los pedidos para llevarlos directo a la barra para que Beth se encargara de preparar lo que querían.

Toda esa mañana fue caótica con tanta gente en el lugar. Cuando hubo un pequeño descanso, me senté en uno de los taburetes del mostrador tratando de descansar mis piernas y mis pies que me dolían mucho de tanto tiempo estar parada.

Beth salió de la cocina cuando no hubieron más pedidos y se sentó justo a mi lado en lo que George estaba limpiando el mostrador.

—Cuando los días son así de apurados me recuerda constantemente a cuando fui enfermera en el ejercito —contó Beth—, no había momento alguno en que pudiera descansar estando en servicio. Ahí conocí a Kyle y ahí tomé el hábito de los cigarrillos.

— ¿Vivieron muchos años juntos?

—Los suficientes —contó—. Lo único de lo cual me arrepiento es de no haber tenido hijos.

— ¿Por qué jamás tuvieron hijos? Si no es mucha indiscreción mi pregunta...

—Para nada —esbozó una sonrisa—. Sí lo intentamos pero hay mujeres que no nacemos para ser madres. En los cinco embarazos que tuve, ninguno se logró, mi útero no soportó al embrión.

SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora