SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓

Lo que siguió después

⟩ Arvin Russell ⟨

Habían pasado dos años desde que me fui de Coal Creek luego de asesinar a Preston Teagardin. Había logrado hacer que un tipo me llevara a Cincinnati, una vez ahí comencé a trabajar apenas llegué. Ahora había conseguido otro coche y esa tarde me dispuse a conducir hacia Virginia Occidental. En mi cabeza durante estos dos años sólo pasaba una mujer por mi cabeza.

Preparé una maleta con mis mudas ropa y cosas personales. Miré una última vez aquella casa que estaba rentando, si todo salía bien no iba a volver nunca más a este lugar.

Entré a mi coche y emprendí el camino hacia mi antiguo hogar, con la ansiedad recorriendo mi cuerpo entero. Me preguntaba cómo estaban todos.

El bebé de Lenora ya debería tener dos años, mi abuela seguro estaba encantada con un niño en casa y el tío Earskell no tenía un minuto de paz en casa.

Pero en especial quería saber cómo se encontraba mi Jenner. ¿Seguiría odiando los vestidos o ahora había cambiado de opinión?, ¿Seguiría cortándose el cabello o esta vez había decidido dejarlo crecer?

¿Seguiría esperándome o alguien más ya ocupaba ese espacio en su corazón? Me aterraba pensarla en brazos de alguien más siendo feliz, aunque si eso pasaba, estaba seguro que no me sentiría en paz hasta saber que alguien cuidaba de ella bien porque mi Jenner había sufrido mucho como para merecer una mala vida con algún idiota.

Pasé las últimas seis horas conduciendo, cuando llegué a Coal Creek eran alrededor de las cinco  de la tarde a la casa de mi abuela. Me estacioné frente a su propiedad. Pude mirar desde el coche a un niño pequeño jugando en el pasto mientras una mujer sentada en el pasto jugaba con él. Tardé un poco en reconocerla pero era Lenora.

Dudé en bajar del coche o no. No sabía cuál sería su reacción al verme, pero era más sospechoso que sólo estuviera en el auto sin bajar porque ella miró el coche con desconfianza.

Di un respiro profundo de tomé valor para salir del coche. Cerré la puerta y miré a donde Lenora jugaba con su hijo. Ella al verme cargó al niño rápidamente y corrió a casa. Yo terminé de acercarme aún confundido por su reacción, poco después la vi salir apresurada con Emma detrás suyo. No tenía cara para saludarlas y sin embargo mi abuela corrió hasta donde estaba yo para abrazarme fuertemente.

— ¡Arvin! —exclamó mi abuela—. Bendito sea Dios, estás bien.

—Igual estoy feliz de verte, abuela —respondí a su abrazo.

Miré a Lenora pero ella no se acercó a mí, la miraba verme con enojo aún en lo que cargaba a su hijo

—Earskell estará feliz de oírte —dijo mi abuela.

— ¿Dónde está?

—Dentro de casa —me tomó de las manos—, vamos, que te escuche.

— ¿Sólo que me escuche?

—Las cataratas lo dejaron ciego —esa respuesta me hizo sentir un nudo en la garganta—. Pero esta contento de saber que estás aquí.

Terminé de entrar con ella a casa. Ahora estaba remodelada, se veía más iluminada desde adentro y ahora había una pequeña sala. Ahí se encontraba mi tío sentado en el sofá individual.

—Earskell, adivina quién está aquí —habló mi abuela sin ocultar la emoción en su voz.

— ¿Quién? —le preguntó Earskell.

—Hola, tío —saludé antes de tomar una de sus manos.

Pude ver su rostro, se notaba sorprendido al oírme. Apretó mi mano y tentó mi brazo hasta mi hombro.