SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓

Nuestro pequeño final feliz

⟩ Arvin Russell ⟨

— ¡Amor, de nuevo está fallando la tubería! —escuché a mi esposa hablar desde la cocina.

—Ya voy, cielo —seguía jugando con mi pequeña Charlotte en la alfombra de la sala con sus bloques—, vamos con mamá, necesita ayuda.

Esta vez me levanté con Charlotte en brazos, fuimos a la cocina y miré a ______ batallar con tratar de arreglar ella la tubería.

—Te digo que debemos cambiarla, siempre da el mismo problema, Arvin.

—Deje el trabajo pesado al hombre de casa, señora Russell —le dije en forma de juego antes de acariciar su espalda.

—Señor Russell, debe hacer algo pronto porque esa tubería me volverá loca —me reclamó en forma de juego antes de cargar ella a Charlotte.

—Hoy por la tarde iré a comprar material para cambiar la tubería, ¿De acuerdo? No te preocupes, mi amor.

—Vamos a dejar que papá se haga cargo, cariño —la escuché hablarle a nuestra hija de casi diez meses.

Miré a ______ salir de la cocina con Charlotte y negué con una sonrisita enamorada. Esa mujer me tenía loco por ella desde que la conocía. Luego de casarnos nos mudamos a New York, ahí había conseguido un muy buen trabajo como parte de la policía en el puesto de investigador aunque fue algo que no planeé. Simplemente cuando la policía me encontró y negociamos el estar en la cárcel o ayudarles a atrapar a un criminal fue más que obvia mi elección.

Charlotte llegó dos años después de nuestro matrimonio, tuvimos tiempo de viajar y comenzar un par de negocios e inversiones así que actualmente teníamos una estabilidad para cuidar de ella sin problemas.

Lenora ahora iba por su tercer hijo con su matrimonio estable, el tío Earskell hace unos meses había fallecido por la edad y la abuela Emma había decidido quedarse en Coal Creek a pesar de nuestras súplicas porque viniera a vivir con nosotros.

En mi matrimonio con _____ Jenner todo iba bien, o al menos procurábamos que todo fuera bien en nuestra vida personal.

A pesar de todo lo que nos tocó vivir, las cosas después de unos años habían ido mejorando poco a poco para nosotros dos. Al menos logramos salir de todo ese infierno en el cual nos habíamos quedado estancados cuando jóvenes. Por primera vez podía dormir sin miedo a la incertidumbre del día siguiente, podía descansar tranquilo al lado de la mujer que amaba y viviendo una vida pacífica tratando de darle una familia estable a Charlotte como la que ni su madre ni yo tuvimos.

Me gustaba ver a _____ feliz y cómoda en nuestra nueva vida, se veía tan tranquila que apaciguaba las tormentas de incertidumbre que mi corazón sentía al estar lleno de la ansiedad del trabajo. Sólo bastaba con sentir su cabeza en mi pecho para convencerme que todo estaría bien si ella se mantenía a mi lado.

Con frecuencia pensaba en mi madre, estaba seguro que si ella hubiera conocido a la maravillosa esposa que tenía ella me daría la razón cuando le dijera que era el motor que me impulsaba a levantarme todos los días de la cama para mejorar día a día.

Habría dado cualquier cosa por ella antes y seguiría dando todo lo que yo era por ella ahora.

— ¿Sabes una cosa, cariño? —hablé con una voz alta para que me escuchara en la sala.

— ¿Qué pasa, mi amor?

—Creo que sí deberemos llamar al fontanero.

—Charlotte y yo te lo dijimos pero nunca haces caso.

Volví a donde estaba ______ jugando con Charlotte y sus bloques. Me senté al lado de ______ y le llené la cara de pequeños besos.

—Tienen razón, soy un necio, perdón.

—Espera, Arvin —la oí soltar una risa ante mis cariños—, me vas a tirar, cariño.

—Mucho mejor, te quiero comer a besos —respondí antes de volver a besarla por toda la cara oyendo sus risas.

—Arvin, para un poco —esta vez trató de hacer que mis besos acabaran sobre sus labios, cosa que logró con éxito.

—No quiero parar ni un poco, te amo, quiero comerte a besos —reiteré—, ¿No puedo? —Charlotte soltó un grito que nos hizo voltear a verla, se notaba molesta—. Uy, creo que no puedo.

Nuevamente besé a mi esposa y los gritos de Charlotte se escucharon de nuevo esta vez hechos un llanto incontrolable.

—Ya la hiciste llorar —me culpó ______ entre risas cargando a nuestra niña.

—Es culpa tuya, la consientes mucho —y esta vez besé la cabeza de mi hija, fue suficiente para que no llorase más—, sólo quería atención también.

—Eres alguien muy meloso, Arvin, para un poco —me pidió con una dulce sonrisa en sus labios.

Me fue imposible no querer besarla de nuevo antes de soltar un suspiro y vernos a los ojos.

—Es que en serio, me encantas y te amo, como no tienes una idea, nunca son suficientes mis muestras de afecto, mi luna.

—Te amo tanto, Arvin —la escuché murmurar cerca de mis labios antes de robarme un beso—, pero debo ir a cambiarle el pañal a Charlotte, los besos pueden esperar.

— ¿Cuánto? —pregunté en modo de queja—. Ya me siento morir.

—Si me arreglas esa tubería, en la noche te compensaré —me habló a voz coqueta, la miré subir las escaleras y yo sentí un sonrojo en mis mejillas.

— ¡Eso es jugar sucio, _____ Russell! —le exclamé antes de volver casi corriendo a la cocina para encargarme de la tubería dañada.

Sí, por esa mujer haría cualquier cosa que ella me pidiera. Estaba enamorado de la mujer más maravillosa del mundo entero.

Podía afirmar que el cielo existía cada que ella me sonreía, me miraba o me besaba. Yo me sentía el pecador más afortunado de tener al paraíso entero sólo para mí.

❤️