SINNERS (Arvin Russell y tú) [TERMINADA] ✓

El regaño de Emma

⟩ Arvin Russell ⟨

Luego de salir de la casa de ______ fui a la de mi abuela. Tal y como esperaba ella ya estaba en el comedor preparando todo para el desayuno con ayuda de Lenora. Al abrir la puerta, su mirada acusadora me hizo entender que estaba en muchos problemas.

—Hasta que te atreves a venir, cínico —me reclamó—. Lenora, vete a tu habitación.

Y Lenora también me miró molesta antes de hacerle caso a mi abuela.

—Lamento haberlos preocupado anoche —comenté entonces pero mi abuela se acercó a mí.

—Y todavía tienes el cinismo de pedir perdón, Arvin —exclamó—. He dado todo por ti y Lenora, ¿Y cómo me pagas? Dando de qué hablar a la gente sobre ti, ¿Crees que no me da vergüenza saber que ahora la gente rumorea de tu afición por las prostitutas?, ¿Qué te crees?

—Abuela, lo siento —traté de no reírme ante su regaño—, pero las cosas no son como las crees.

— ¿No? Han de ser mucho peor. ¿Sabes cuánto daño le provocas a la gente que te ama cuando andas de libidinoso? 

—Abuela, por favor.

— ¡______ estaba presente cuando Earskell me dio la noticia! Y todavía te recibió en su casa a que se te bajara lo ebrio seguramente. Escúchame bien, Arvin, que ya te creas mayor no quiere decir que voy a dejar que destruyas tu vida de esa manera, ¿Entendiste?

—Fui a buscar a un amigo, a Daryl, ¿Te acuerdas de él? Está rentando un cuartucho. Lo fui a buscar para ir a beber unos tragos. Sí, se acercó una mujer al coche, ¿Pero tú me crees capaz de hacer algo así? Abuela, para mí no hay otra mujer en el mundo que no sea mi _____. ¿Cómo por qué querría tener relaciones con extrañas?

Eso hizo que mi abuela guardara silencio y dejara de reclamarme con respecto a lo que todos suponían de anoche.

— ¿No fuiste a buscar a una prostituta entonces? —preguntó nuevamente.

—Claro que no, abuela —negué—. No tendría por qué. Y si lo hubiera hecho, creeme, el último lugar en donde la buscaría es aquí en donde todos me conocen.

— ¿Y se lo dijiste a _____?

—Sí, me recibió con una bofetada antes que pudiera decirle algo pero ya después lo resolvimos así que si quieres pegarme por la misma razón, alguien ya te ganó.

—Es que sólo a ustedes los hombres se les ocurre tenernos con el Jesús en la boca —negó mi abuela—. ¿Tienes hambre? Estaba preparando el desayuno justo ahora.

—Sí por favor —le pedí antes de ir a mi habitación por ropa antes de ir a darme una ducha.

Luego del desayuno, fui al trabajo.

Esa tarde me darían la paga de la semana así que mi plan era ir a comprar los víveres para mi abuela y a la par también comprarle unos chocolates a ______ que por lo que había dicho, desde hace días tenía antojos enormes de chocolate amargo.

Entre las pláticas de mis compañeros, escuché una de un par de hombres como de veinticuatro años tal vez.

—Estoy seguro que Nancy está embarazada —contaba uno de ellos—. Créeme, cuando estaba embarazada de Jimmy igual se cansaba todo el tiempo y tenía ascos, ni se diga de los antojos raros. Todo el tiempo tenía que salir de noche a buscar lo que sea que se le antojara con ese embarazo hasta que nació Jimmy.