37- Escape

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Akaza estaba recostado sobre el pecho de Kyojuro que le daba mimos cada cierto tiempo. Ambos estaban callados disfrutando de la compañía del otro mientras pasaban los minutos. Mientras Kyojuro acariciaba la cabeza de Akaza este sintió una fuerte punzada en su cabeza que lo obligó a pararse.

Kyojuro: ¿Akaza?

Akaza comenzaría a temblar y caería al suelo lo que preocupo al rubio que no tardó en ir a su lado.

Kyojuro: ¡Akaza!

Akaza: Kyojuro... Es Muzan

Kyojuro: ¿Que?

Akaza: Muzan quiere ver a las lunas superiores

Kyojuro: ¡No vayas! No tienes que ir... Quédate aquí conmigo

Akaza: Si no voy el va a buscarme, eso te pondría en peligro a ti y a la cede

Akaza se levantaría mientras se tomaba la cabeza ya que las punzadas no habían desaparecido. Kyojuro tomaría desesperado el brazo del demonio para retenerlo.

Kyojuro: ¡Akaza no te vayas porfavor!

Akaza: Solo sera una noche, seguro va a asignar tareas y dejarnos ir, estaré aquí en un par de horas y podré abrazarte toda la noche

Kyojuro: No tengo un buen presentimiento de esto Akaza

Akaza: Volveré rápido ya lo verás pero debo irme o sospechara de mi tardanza

Kyojuro no soltaba a Akaza por lo que el demonio se acerco al pilar y le dio un cálido abrazo.

Akaza: Soy una luna superior deberías confiar más en mi fuerza

Kyojuro: Aka-

Antes de que el pilar terminará su frase Akaza le dio un estridente golpe cerca del cuello lo que hizo que el rubio perdiera la conciencia. El demonio cargaría al chico hasta la cama y lo recostaría tapando lo y dándole un dulce beso en los labios.

Akaza: (susurrandole a Kyojuro) No moriré hasta asegurarme de haber hecho tu vida feliz

Akaza saldría del lugar apurado ya que las punzadas en su cabeza se intensificaban.

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El demonio había entrado en aquella retorcida dimensión y se dirigió a los aposentos de Muzan donde ya se encontraban Douma y Kokushibo. Akaza entro en su papel de luna superior tenía que mostrarse frío para no levantar sospechas.

Douma: ¡Akaza amigo!

Akaza: Lord Muzan

Akaza se arrodillaría ante Muzan igual que Douma.

Muzan: Akaza...

Akaza apretó los dientes para ocultar los nervios que sentía, aunque Muzan no solía dudar de el, en cualquier momento podría meterse en su cabeza.

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