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Mi vientre me duele, en realidad todo el maldito cuerpo, Shwen y sus amigos me golpearon como si de un peluche se tratara. No tuvieron piedad conmigo, mi rostro es un desastre, no puedo siquiera pararme de la manera correcta, mi cuerpo esta tan adolorido que me duele demasiado el torso como para pararme derecho.
El doctor me hizo los estudios que menciono, gracias a Dios que mis órganos no fueron dañados, pero claro que mis golpes estarán ahí por mucho, son demasiado marcados.
Al ver que estaba en perfecto estado internamente, el doctor me retuvo solo por dos días, dejándome ir después de asegurarse que estaba al cien. Los chicos fueron por mi aquel día, Hye Sun vino con ellos, me alegro mucho verla.
— No hace falta que hagas esto, ¿sabes?
— Déjame ayudarte, tu me has ayudado demasiado, esto es poco. -hago una mueca cuando damos otro paso- Toma asiento, traeré tus cosas.
— No. -tomé su mano deteniéndola- Quédate conmigo. -me senté sobre la tapa del inodoro-
— Necesito traer tus cosas, amor. -acaricia mi mano- Ya vuelvo.
— Necesito ayuda. No podré solo. -digo triste-
— No lo harás solo. -me sonríe un poco- Bien, no me iré.
Hye Sun me ayuda a quitarme la camiseta, con una mueca de dolor alzo mis brazos para que pueda hacerlo. Se aleja abriendo la llave del agua llenando la tina. Vuelve a mi ahora ayudándome a ponerme de pie, sus manos van a mi pantalonera color gris, bajándola hasta mis tobillos.
Sonreí al verla, tenerla aquí conmigo me es gratificante, me siento satisfecho, a pesar de que casi me rompo las costillas, valió la pena porque mi Hye Sun y mis amigos están bien. Con eso me basta.
La he notado algo rara, mejor dicho, esta muy seria, casi no ha sonreído o reído en días. Se que todo lo sucedido la ha hecho tener un humor triste, más cuando me ve. De alguna manera se siente culpable, cuando quien la tiene soy yo. No dura más de tres segundos mirándome para cuando aleja su vista. No le gusta verme en este estado.
— ¿Qué tal? ¿Esta demasiado fría? -entro a la tina con su ayuda, después niego con la cabeza- Esta bien.
— Gracias. -me recargue contra la fría cerámica- Me duele todo.
— Eso lo se. -se queda a mi lado, con la espalda contra la pared lado a la tina- ¿Seguro que no quieres ir de nuevo al hospital?
— Ya te dije que no mi amor. -le hablo con dulzura, ella mira a hacía abajo y sonríe- Hye Sun.
— ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo? -pregunta aun sin verme-
— ¿Podrías... Mirarme? -ella no responde- ¿Estas molesta? ¿Conmigo? ¿Hice algo mal?
—negó varias veces, flexiono sus piernas y escondió su rostro en sus rodillas- Es solo que... No tenías que hacer eso... Mírate.
— Esto solo es poco a comparación de lo que haría por ti. -escuche su llanto leve- Amor...
— ¿Qué si solo te hubiera disparado? ¿Qué si te mataban a golpes? -me miro con lagrimas en sus ojos- Se que ya paso, lo se pero no puedo. Estaba demasiado asustada.
La mire fijamente, limpia sus lagrimas y esconde su rostro en sus manos. Cierro mis ojos y suspiro. A pesar del dolor que siento, me estiro hasta poder tomar sus manos, alejándolas de su hermoso rostro, ahora empapado de lagrimas. Ella sigue sin mirarme, limpie sus lagrimas con mis dedos, acaricie su mejilla y después alce su rostro tomando su barbilla, al fin logrando que me mire.

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apuesta | p.jm
Genç KurguUna historia cliché, pero linda. "JiMin acepta la apuesta de enamorar y romperle el corazón a una chica inexperta en el amor, esperemos y que no se arrepienta de eso." historia cliché historia un poco dramática historia de mi alta autoridad conten...