apuesta | p.jm

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epilogo

Estoy acomodando alguna de las cosas sobre el mueble de la sala principal. En el hay algunos floreros, retratos, se ve algo vacío aún, pero pronto comprare algunas cosas para que se vea completo totalmente. Unas manos rodean mi cuerpo, en especial me hacen estremecer ya que están debajo de mi suéter. 

Siento una risita y quien me abraza también me imita. Mis ojos buscan los suyos pero me es inevitable ya que esta escondido en mi cuello. 

— Amor. Estoy cansado. ¿Podemos seguir mañana con la mudanza? -mi piel se eriza cuando habla contra mi piel- 

— Claro, estaba por decirte que dejáramos todo. -suspire- ¿Qué hora es? 

— Las once de la noche. -abrí mis ojos cuando lo escuche- Hemos estado con la mudanza desde las seis de la mañana, por favor. 

Solté una risa, él me soltó y me giro para verme directo a la cara. Se mira muy cansado pero aun así se ve demasiado guapo. 

Después de aquel día, cuando JiMin me entrego el anillo de promesa, pase la noche con él y al despertar les dimos la noticia enseguida a mi madre, quien por cierto estaba anonada con la noticia pero a su vez demasiado feliz de que JiMin me diera aquel detalle y que decidiera vivir conmigo en Seúl, se sentiría más tranquila sabiendo que JiMin estará a mi lado. 

Los chicos se enteraron casi enseguida, mis vacaciones de universidad son cada cinco meses y algunos dos meses de vacaciones. Se pusieron si es que más que felices, muchísimo. Los días siguieron pasando y llego el momento de que le dijera a su padre. Me sentí mal porque se que es muy importante para él, pero es algo que quiere enserio, aparte le servirá para manejar los negocios de su padre y algunas cosas que dejo cuando entro a la cárcel. 

Bueno, los dos meses de vacaciones han pasado, nos hemos venido dos semanas antes para lo de la mudanza. JiMin se dio cuenta cuando estuve estudiando en Seúl que su padre tiene una residencia, residencia de la cual nunca supo de ella porqué la adquirió hace poco más de un año. La cual es hermosa y perfecta porque no queda tan lejos de la Universidad. 

El padre de JiMin no tuvo problema con ello, incluso fue quien le dijo e insistió a mi novio que nos quedáramos en esa casa. 

— ¿Quieres que te recuerde quien quiso que trajéramos todos los muebles hoy? -JiMin rodea los ojos y me atrae a él de la cintura- Deberíamos irnos a dormir. 

Extrañado me miro cuando deposite un casto beso en sus labios poniéndome de puntillas. Me aleje de él y fui directo a la que será nuestra habitación. Cuando llegamos acomode mi ropa así que solo saque mi pijama del armario junto con mi ropa interior y entre al cuarto de baño, al querer cerrar la puerta el pie de JiMin me detiene. 

— ¿Qué crees que haces Kang Hye Sun? -sonreí al escucharle decirme así- 

— Me has transportado al año pasado, cuando estábamos en preparatoria y nos odiábamos. -dejo mis cosas sobre una de las rejillas, el baño es lo suficientemente grande, me gusta mucho- Park JiMin. 

—me mira con una expresión sería, había olvidado esta faceta de JiMin, como si odiara todo lo que se mueve, se que lo hace adrede- Vendrás conmigo. -me sorprende cuando me toma de la cintura juntándome a su cuerpo- En este mismo instante. 

—contengo mi sonrisa- ¿Porqué haría eso? Aléjate de mi Park. -lo empuje- 

Alza una ceja, por mi parte yo suelto una risita porque me es graciosa su reacción y por como estamos jugando a ser quienes solíamos ser antes.