|| Luego de formar parte de unos de los robos más importantes de Argentina, Candelaria Araujo no se veía en la necesidad de robar nunca más.
O eso creía, hasta que Sergio Marquina le propone formar parte de un prometedor atraco.
Fecha de inicio: Ju...
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── ¡Que bonita ratita! ¿Quien es la rata más linda del mundo? Vos, sí, sí, vos. ── La voz de Ezeiza salía con un tono más agudo de lo normal y juguetón.
La argentina estaba agachada frente a la jaula de Sofia, el hurón mascota de Marsella. Había estado así desde hacia alrededor de veinte minutos, veinte minutos en los cuales Helsinki estuvo quitándole los cristales de los ojos a Palermo junto a la ayuda de Estocolmo.
Ezeiza había decidio cuidar del gobernador pero no pudo evitar fijar toda su atención en el animalito. El gobernador la miraba de reojo desde el asinto en el cuál lo habían ubicado, sin poder creer que la misma chica que ahora hablaba con el animal era la que años atrás había participado del mayor atraco de España.
── Ezeiza, Palermo. ── Los llamó El Profesor desde la vieja maquina que utilizaban. La argentina fué la primera en llegar y contestar el llamado del Profesor.
── Ezeiza al habla. ──
── ¿Cómo está Palermo? ──
── Operativo, señor. ── Respondió desde la distancia mientras con cuidado se incorporaba de su asiento.
── Han descubierto que los tenemos pinchados, hay que acelerarlo todo sin perder la calma. ── Palermo se colocó junto a Ezeiza, quien le extendió el teléfono a su compañero.
── ¿La calma? La tendrás vos en la furgoneta. Acá estamos rodeados por el ejército, no sabemos cuándo van a entrar. No sabemos por dónde lo van a hacer. ── Al parecer Palermo recién caía en cuenta que estaba atracando el Banco de España, pensó Ezeiza al escucharlo.
── ¿Bogotá ha empezado ya? ──
── Si. Ya lleva un rato ahí abajo. Perforar esa puerta nos llevará más de una hora. O de dos. ── Explicó Palermo.
Ahora fué Ezeiza quien agarro el teléfono para comunicarse con la furgoneta. ── ¿Cuánto tiempo nos queda? ──
── Catorce minutos. ── Lisboa respondió del otro lado, causando preocupación entre los presentes. Les faltaba tiempo, mucho a decir verdad. ── Nos han jodido bien. Yo intentaría otro movimiento. Van a entrar en cuanto desbloqueen las puertas. ──
── ¿Entonces usamos a Flipper? ── Ezeiza se giró para mirar al gobernador, quien comprendió que con Flipper se referían al él. ──
── Exacto. ──
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