|| Luego de formar parte de unos de los robos más importantes de Argentina, Candelaria Araujo no se veía en la necesidad de robar nunca más.
O eso creía, hasta que Sergio Marquina le propone formar parte de un prometedor atraco.
Fecha de inicio: Ju...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
═════════ ❃ ═════════
Ezeiza y Tokio estaban sentadas una frente a la otra en la cama de la española. Ese día sólo habían tenido clases a la mañana por lo que tenían todo el día libre.
La poca luz que quedaba del día entraba por la ventana y las ayudaba a seguir jugando al Uno. Ezeiza iba ganando teniendo en su mano 3 cartas, mientras que a Tokio le faltaba desaserse de varias para igualar a su compañera. La de cabello corto tira un +4 y cambia a rojo, Ezeiza responde con otro +4 pero ahora cambia a azul. Tokio sonríe maliciosamente al ver sus cartas y, luego de intercambiar miradas desafiantes con Ezeiza, tira otro +4 y cambia a amarillo.
── ¡La puta que lo parió! ¿Que te costaba cambiar a verde? ── Con pereza, Ezeiza comienza a levantar sus correspondientes carta mientras Tokio las cuenta en voz alta.
── ¡Te falta una! ¡Te falta una! ¡Eze, no seas tramposa! ── Se quejó Tokio a la vez que intentaba colocarle la carta que le faltaba.
── ¡Aprendé a contar! ¡Ya están las 12! ── Respondió riendo mientras esquivaba a Tokio.
La puerta se abrió bruscamente, sobresaltando a ambas mujeres. Nairobi entró con uno de sus dedos sobre su boca, pidiendole a ambas que hicieran silencio. Ezeiza y Tokio se miraron confundidas pero divertidas ante la actitud de Nairobi. La recién llegada se sentó sobre la cama, aplastando las cartas con las que sus amigas estaban jugando.
── Me ha dicho que sí. ── Susurró sin creérselo todavía. ── El Profesor. Me ha dicho que sí. ── Volvió a repetir, mirando sonrientes a ambas.
── ¿Vamos a ser tías? ── Preguntó Ezeiza, soltando las cartas ante la sorpresa.
── ¡Váis a ser tías! ── Exclamó Nairobi levantando sus brazos emocionada.
Ezeiza y Tokio lanzaron un grito al aire, felices por las nuevas noticias. Las tres se abrazon fuertemente, riendo por lo bajo. Ezeiza y Tokio fueron un pilar muy fuerte para Nairobi, siempre estuvieron muy conprometidas en las aspiraciones de la otra. La felicidad de una, era la de la otras. Aquello también se veía reflejado en la tristeza. Si una lloraba, las otras también. Eran hermanas de diferentes madres.
── Vas a tener un cerebrito. ── Agregó Tokio cuándo se separaron.
── Sí, y le vamos a llamar.. ── Nairobi alargó las palabras.
Ella le había dado la responsabilidad a Ezeiza y a Tokio para que eligieran un nombre de ciudad para su futuro bebé. Dicho nombre todavía no había sido revelado, hasta ese día.
── Ibiza. ── Hablaron al unísono.
── Madre mía, me encanta. Ibiza. ── Repitió Nairobi, perpleja ante la acertada decisión.
