|| Luego de formar parte de unos de los robos más importantes de Argentina, Candelaria Araujo no se veía en la necesidad de robar nunca más.
O eso creía, hasta que Sergio Marquina le propone formar parte de un prometedor atraco.
Fecha de inicio: Ju...
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── Tokio. Tenías razón. Lisboa está viva. ──
Ezeiza sonrió al escuchar las palabras del Profesor a través del walkie tokie. La argentina estaba en la habitación junto a su mano derecha, Tokio. Ambas se comunicaron con el Profesor para informar la situación en la que estaban. Ezeiza se encontraba sentada sobre la mesa mientras degustaba un chupetin de tutti frutti que había llevado como postre. No traía puestos sus botas debido a que quería descansar sus pies por unos minutos. La de pelo corto tenía apoyado sus codos en la mesa, con una de sus manos sostenía el micrófono que de ves en cuando le extendía a Ezeiza para que pudiera hablar.
── ¿Dónde está? ── Bajó la cabeza unos segundos, ocultando una sonrisa y esperando la respuesta.
── En la carpa. La deben estar investigando. ──
── Me imagino que la van a trasladar en algún momento. ¿Vas a poder rescatarla? ── Ezeiza se quitó el chupetín dd la boca para poder hablar con claridad.
── No en un traslado. Sería un completo suicidio. ── El español se quedó en silencio.
── ¿Entonces? ── La líder no obtuvo respuesta.
── ¿Profesor? ── Tokio lo llamó, preocupada por lo que fuese a salir de la boca del hombre.
── No lo sé. Estoy muy cansado. No puedo pensar. ── El profesor tragó saliva, intentado no decaer y romper en llanto.── Encontraré una solución, no se preocupen. ──
Un ruido metálico sonó a través de la otra línea, como si fuesen hoyas golpeandose entre sí. Ezeiza y Tokio se miraron confundidas hasta que la voz de Marsella se escuchó a la lejanía.
── Hago raviolis, necesita energía. ── El de bigote se dirigió al de gafas, que lo miró algo molesto por el ruido.
── ¿Palermo sigue atado? ──
── Si. ── Ezeiza volvió a colocarse el dulce en la boca.
── Acércate y dile lo siguiente. "Tienes un mensaje del Profesor. Lisboa está viva. Está detenida en la carpa y necesito que pienses algo para rescatarla." ──
── No lo va hacer. ── Respondió rápidamente Tokio, segura de que Palermo se negaría.
── Lo único que pretendo es que Palermo vuelva a enamorarse del plan y volver a tenerlo dentro. Yo pensaré en algo. ¿Entendido? ──
La puerta de la habitación se abrió bruscamente, sobresaltando a las mujeres. Denver entró en la habitación y, al notarlas, soltó un suspiro exhausto.
