|| Luego de formar parte de unos de los robos más importantes de Argentina, Candelaria Araujo no se veía en la necesidad de robar nunca más.
O eso creía, hasta que Sergio Marquina le propone formar parte de un prometedor atraco.
Fecha de inicio: Ju...
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── Gatita. ── La chica giró su cabeza hacia donde provenía esa voz.
Berlín se encontraba apoyado en el marco de la puerta, mirandola con una media sonrisa en su rostro. Llevaba uno de sus tanto trajes que lo hacían ver elegante e irresistibles para cualquier mujer. Ezeiza estaba en el suelo viendo alguna fotos de cuando llegó a España.
── ¿Cómo me llamaste? ── Preguntó divertida ante aquel nuevo apodo.
Berlín cerró la puerta detrás de él y se sentó junto a ella, dándole una mirada a las fotografías.
──Gatita, ¿No te gusta tu nuevo apodo? ── Preguntó desilusionado.
── Más o menos. ── Hizo una mueca. ── ¿A que viene eso? ──
── Por tu tatuaje de Hello Kitty. ── Respondió obvio a la vez que tocaba el tatuaje que se ubicaba cerca de una de las cejas de ella. ── Además que con tantos tatuajes pareces un gato montés. ── Se burló mirando rápidamente las piernas desnudas de Ezeiza.
Ella lo golpeó levemente en el hombro, generando que soltara un quejido y se tocará la zona afectada con una expresión de dolor super sobreactuada.
── Estas fotos me las saqué cuando vine por primera vez a España. ── Comenzó a hablar mientras le extendía una foto donde estaba en una plaza alimentando a un grupo de palomas. ── Tenía un miedo de que me cagaran encima. ── Se sinceró recordando aquel momento. ── La foto me la tomó un grupo de turistas asiáticos que andaban por ahí. ──
── Muy bonita foto. ── Comentó Berlín mientras seguía mirándola con detenimiento. ── ¿Me la puedo quedar? ── Preguntó con ilusión.
── Si, mientras no te masturbes con ella. ── Una carcajada salió de su boca.
── No me necesito masturbar mientras te tenga aquí. ── Ambos juntaron sus labios en un corto beso.
── Sos un pajero. ── Habló Ezeiza una vez que ambos se separaron.
── Y tú eres mi gatita. ──
Ese mismo día todos se reunieron a almorzar en el comedor de la casa en Toledo. Ezeiza estaba sentada entre Nairobi y Helsinki, Berlín se encontraba parado al lado del ventanal con una copa de vino en sus manos.
── ¿Qué va a pasar si el plan no sale bien? ── Pregunta Río.
── Lo jodido es si sale bien, ¿Qué coño vamos a hacer con tanta pasta? ── Tokio se hace presente llamando la atención de todos.
