𝐇𝐔𝐈𝐃𝐀

726 45 10
                                    


A 1 mes de robo, había comenzado a correr la noticia de que la policia estaba cada vez más cerca de los atracadores. Las sospechas de la familia se hicieron realidad cuándo un auto de la policia siguió a los gemelos luego de que ellos salieran de clases. La policia estaba buscando pruebas para poder ir contra ellos, y no tardarían en hacerlo.

Era de noche, la familia había decidido hacer una reunión de emergencia en su casa junto a Martín Berrote. Habían decidido que hablarían en el sotano de la casa, así tendrían mayor privacidad.

Candelaria estaba más nerviosa que de lo normal, algo dentro de ella le decía que la cosas no iban a terminar bien. Su padre no le había dirigido la palabra en todo el día y, además, llevaba un pequeño estuche con algo dentro. No se despegaba de él, Candelaria no pudo reconocer el objeto.

── Tranquila. ── Le susurró Martín al notar la incomodidad de ella.

Candelaria asintió con la cabeza y se sentó junto a Martín en un desgastado sofá. Arquímedes tomó lugar frente a ellos en un sillón individual. Alejandro, por su parte, estaba parado junto a la puerta con sus brazos cruzados, tratando de estar ajeno a todo lo que pasaba. Epifanía estaba en el piso de arriba haciendo la cena, no estaba presente en la reunión.

── Es una pena. ── Comenzó a hablar Arquímedes. Su voz salió como un susurro, caso inaudible. ── Confiaba en vos, Martín. ──

El nombrado se acomodó en su asiento, tratando de no mostrar nerviosismo cosa que era difícil de lograr con alguien como Arquímedes cerca. La presencia de aquel hombre podía poner nervioso y hacer sentir inferior a cualquiera que se pare en frente.

── ¿Perdón? No entiendo de qué me habla, Don Araujo. ── Martín jugó torpemente con sus manos, tratando de mantener contanto visual con el padre de Candelaria.

Arquímedes no despegó su vista del suelo. No estaba intimidado, sino más bien concentrado, metido totalmentw en su mente.

── Por si Candelaria todavía no te lo contó, se empezó a correr la voz en la calle. Ayer una patrulla nos siguió a ella y a mí a la salida de la escuela. ── Alejandro intervino en la conversación sin moverse de su lugar.

Martín miró rapidamemte a Candelaria para luego dirigirse a Arquímedes. ── De eso si sabía...──

── Alguien abrió la boca sobre lo del atraco. ── Arquímedes cruzó sus piernas, poniendose cómodo en el sillón. ── Estoy seguro que ninguno de mi familia fué, 100 porciento seguro. ──

Candelaria abrió su boca sorprendida al entender todo. ── Martín no fué, ¿verdad? ── Ella saltó en defensa de su amigo, estaba segura que él no haría algo así.

── ¿Sabes lo que les pasa a los buchones? ── Arquímedes cruzó miradas con Martín, este último parecía no creer la situación.

── No fuí yo, se lo juro. ── Martín intentó pararse de su asiento pero Alejandro le gritó desde la otra punta de la habitación.

── ¡No te muevas, trolo de mierda! ──

Desde la cocina comenzó a sonar la radio, "No me dejan salir" de Charly Garcia sonaba a todo volumen. Era como si todo hubiese estado perfectamente planeado, musica para tapar los gritos. El divertido ritmo de la canción convertía toda la situación en una escena salida de una película de terror.

"Estoy verde, no me dejan salir.
Estoy verde, no me dejan salir.
No puedo largar, no puedo salir
No puedo sentir amor a este sentimiento
Tengo que volverte a ver."

El Robo Del Siglo || LA CASA DE PAPEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora