8. Seamos pareja. (3)

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8. Seamos pareja.


'No se suponía que acogería a este niño, ¿verdad?'

Aiden se apresuró a apagar el fuego de la leña de la chimenea.

En ese momento, cuando el niño notó la aparición de Aiden, miró a su alrededor con ojos completamente abiertos.

Aiden tomó la mano del niño y la giró con la intención de reprenderlo.

— León, no puedes jugar con el fuego, te lo dije antes. ¿Lo recuerdas?

León estaba confundido por la reprimenda de Aiden, pero rápidamente comprendió su expresión endurecida y se encogió de hombros. Luego murmuró en voz baja.

— Yo... no estoy jugando con el fuego...

— ¿Entonces qué haces si no estás jugando con fuego?

— Es doloroso dormir en el frío, no tienes que hacerlo. Mi mamá tenía que hacerlo. Pero León encendió el fuego.

La intención del niño no era la de jugar con fuego, sino de prender la chimenea para mantenerse caliente.

En ese momento, Aiden recordó lo que dijo Elisa.

'Todavía es una pequeña llama. En el futuro podría ser el fuego que calcine la vida, o una llama que da calor a las personas'.

Al mismo tiempo, recordó el rostro de la persona que extrañaría toda su vida.

Una mujer que siempre trabajó duro para ayudar a las personas más débiles que ella, la mujer que amaría por el resto de su vida.

'Probablemente Yulia habría dicho algo como eso.'

Este chico es inocente. Se le pidió que acogiera a este niño.

'Tal vez mi última tarea es criarte como una persona diferente a tu abuelo.'

Aiden, que miraba fijamente a León, envolvió gentilmente la manita del niño que lo estaba mirando.

En la pequeña mano del niño había trozos incrustados de la corteza que había estado sosteniendo.

Aiden se disculpó y lavó las manos del niño con su poder.

— Lo siento, León. Me enojé contigo porque no lo entendí. Gracias por encender un fuego para mí.

Su disculpa hizo reír al niño como si nunca se hubiera sentido intimidado.

Aiden le sonrió al niño. Y preguntó mientras ponía una nueva leña.

— Entonces, ¿encendemos el fuego de nuevo?

— ¡Oh!

El niño rápidamente encendió la chimenea.

Aiden observó la pequeñas llamas en la mano del niño que quemó lentamente contra la leña.

Era una llama pequeña pero era la más hermosa del mundo.

***

Después de regresar a la residencia del Duque, Elisa lo estuvo pensando.

'¿Cómo encuentro las pruebas de que Rose está intentando asesinar a León?'

Ella no buscará y matará a cada niño sospechoso de haber heredado la sangre de la familia imperial, por lo que debe haber dejado ese trabajo a alguien.

Sin embargo, si hace movimientos demasiados llamativos, rápidamente levantará sospechas y no es como que pueda pedir ayuda a algún noble.

No importa cuanto los nobles sigan a Rose, serían reacios a mover a los soldados de su propia familia para ayudarla en esto, porque si los descubren, serían marcados como traidores.

Me quiero divorciar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora