Capítulo 4. La primera noche
Anne cruzó el pasillo con una bandeja de bocadillos.La luz del sol que entraba por la ventana era cálida. El invierno ya había pasado y la primavera estaba llegando gradualmente a Rubelin.
Al llegar frente a la oficina al otro lado del pasillo, Anne llamó a la puerta. Poco después, se escuchó la voz de Elisa.
— Adelante.
Anne entró a la oficina con los bocadillos.
En la oficina, Richard y Elisa, y Argyle, quien ahora es el ayudante de Richard, estaban encargándose de asuntos del territorio.
Ann puso la merienda que trajo frente a Elisa y Richard.
Elisa sonrió y agradeció a Anne por su arduo trabajo.
— Gracias, Anne.
Elisa nuevamente comenzó a informar a Richard del trabajo.
— Desde el año pasado, la parte alta de Hagen ha estado reduciendo tarifas a cambio de proporcionar tecnología para estudiar los recursos del Monte Esmeralda en el norte.
Ha llegado la primavera y la tierra se ha derretido, y los intercambios dentro y fuera del territorio han aumentado, y con el comienzo del año, cada vez hay más trabajo por hacer.
Richard estaba aprendiendo poco a poco del trabajo de Elisa.
'Ustedes dos se ven bien juntos sin importar cuanto los vea'.
Anne miró a Elisa y Richard, que trabajaban juntos, con una sonrisa común.
Elisa era la mujer más hermosa e inteligente que Anne había visto en su vida, y Richard era el hombre más fuerte y guapo que jamás había visto.
La forma en que los dos se sentaban uno al lado del otro y trabajaban diligentemente era una buena combinación.
Elisa siempre estaba trabajando duro junto a Richard, por lo que parecían estar sincronizados.
Anne no fue la única que pensó de esta manera.Argyle, que estaba entregando los papeles al lado de Richard, también los miraba a los dos y sonreía como Anne.
'Pero... la dama...'
La expresión de Anne se oscureció de nuevo cuando recordó las intenciones de Elisa de pedirle el divorcio a Richard.
Le prometió a Elisa estar con ella a dondequiera que fuera, y creía que le iría bien dondequiera que fuera y en lo que hiciera.
Aún así, le pareció una lástima que dejara atrás la seguridad del Castillo de Rubelin y a Richard.De repente, Anne recordó la carta en su bolsillo.
— Oh, señora, esta es una carta que llegó hace un tiempo.
— Gracias.
Elisa revisó el sello en la unión de la carta. Respecto al sello, era el sello del Conde de Arden, Richard frunció el ceño cuando lo vio.
— ¿El conde de Arden?
— ¿Recuerda haber ido a un banquete celebrado en Baek's? Él es mi amigo.
— ¿Por qué te envió una carta?
— Oh, le pedí algo.
Elisa abrió la carta con una mirada emocionada.
[ Mi vieja amiga, Elisa.
Elisa, para cuando llegue esta carta, habrá llegado la primavera al norte, ¿no?
Mejoró antes de lo esperado aquí.
Así que les pedí a los carpinteros que se apresuraran a construir la villa.
Como esperaba, la villa se completará el próximo mes.
Para que pueda prepararse para moverse a tiempo.
Que esta alegre noticia te llegue con una cálida brisa primaveral.
Tu mejor amigo, Ansel.]
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Elisa mientras leía la carta.
La expresión de Richard cuando la vio se endureció sutilmente. Apartó la mirada, pero no pudo ver el contenido de la carta desde su ubicación.
— Este es el último documento que llegó hoy.
Argyle tomó el último documento que fue firmado por Richard.
— Entonces será mejor que lo mencione ahora.
Elisa, que volvió a guardar la carta, estaba decidida a contarle a Richard sobre el divorcio ahora.
Tendría que tomarse un tiempo para preparar lo que necesitará preparar y organizar lo que necesita organizar.
— Richard, ¿tienes un minuto? Tengo algo que decirte.
Argyle y Ann se retiraron, y solo Elisa y Richard se quedaron en la oficina.
— ¿Qué está pasando?
— Oh, no es urgente, pero creo que deberíamos hablar de ello con anticipación.
Elisa, que estaba tratando de responder a la pregunta de Richard, se quedó sin habla.
Cuando intentó mencionar lo del divorcio no pudo hablar.
No es solo un divorcio entre un hombre y una mujer, es un divorcio en el que deja esta propiedad donde han estado juntos durante ocho años.
Antes de hablar ya sentía la sensación de tristeza y soledad.
Pero era algo que tenía que decir.
Elisa, que estaba mirando a Richard que esperaba sus palabras, se calmó y abrió la boca.