17. Nuestro mundo (2)

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17. Nuestro mundo.

— ¿Dónde estoy?

En el sueño, Elisa deambulaba por un lugar oscuro.

Mientras caminaba, vio una espalda familiar.

'¿Richard?'

Al escuchar la llamada miró hacia atrás.

Pero su apariencia era de alguna manera diferente a la habitual.

No había ninguna emoción en sus ojos rojos, que siempre la miraban de manera dulce.

Además, la energía negra que emanaba de él, era mucho más fuerte que la habitual.

Hasta el punto en que las yemas de sus dedos que tocaban esa energía negra le dolían.

'De ninguna manera...'

Elisa miró fijamente a Richard, que se acercaba a ella.

En cuanto estuvo cerca de ella, Richard agarró a Elisa del cuello con una sola mano.

La parte de su piel que estaba siendo tocada por la energía negra le ardía mientras era sofocada.

— Rich... ard.

Intentó llamarlo pero su voz no salió, la mano que estrangulaba su cuello se enrolló con más fuerza mientras la miraba aún sin reconocerla.

En ese momento, la fuerza sagrada emitida por Elisa arremetió contra Richard y, al mismo tiempo, el agarre que impedía su respiración desapareció.

Elisa respiró dolorosamente y miró al lugar donde Richard había estaba hace un momento.

Pero él ya no estaba allí. Sin embargo, estaba el colgante que contenía el poder de purificación que ella había creado para él.

Cuando lo vio, el corazón de Elisa se hundió.

'¿Richard?'

No lo miraba por ningún lado.

En ese momento, un sentimiento que que amenazaba con explotar su corazón la invadió y la tristeza estalló.

— Oh, no... no...

Elisa agarró el colgante y negó con la cabeza.

Entonces.

— ¿Elisa?

Sus ojos se abrieron de par en par ante la voz de Richard.

El suave viento limpio las lágrimas que se acumulaban en la esquina de sus ojos.

En cuanto su vista se aclaró, notó el rostro que había estado buscando. Tan pronto lo vio, lágrimas de alivio se deslizaron de sus ojos.

— Richard...

Aunque el sueño había terminado, las emociones continuaron aumentando.

Richard consoló a Elisa, quien continuaba llorando y temblando con todo su cuerpo, depositando un beso en la frente.

— Está bien, Elisa.

— ...

— Es solo un sueño.

Después de llorar mucho tiempo siendo sostenida en los brazos de Richard, Elisa se calmó.

Mientras Elisa se calmaba, Richard preguntó con cuidado.

— ¿Cómo fue el sueño que tuviste?

Después de dudar por un rato, Elisa respondió en voz baja.

Me quiero divorciar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora