𝖲𝗂𝖾𝗍𝖾

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El señor Hwang caminaba junto a SooBin por el centro comercial, ambos iban comiendo un helado, ese día el hombre estaba libre en su trabajo, el padre de la chica trabajaba de seguridad en un banco, desde que Soo recordaba su padre siempre perteneció a seguridad en diferentes lugares. Su madre fue recepcionista de un hotel donde el bullying venía tanto de sus compañeros como de los clientes.

— ¿Has llevado otra historia a la editorial? —preguntó mirando a su hija. Su cabello tenía algunas canas a la vista, le gustaba beber mucho café y para leer el periódico solía usar gafas.

— No, esta mañana comencé a corregirla, estoy añadiendo unas cosas y quitando otras.

— ¿Puedo saber de qué trata? —por la expresión de SooBin supo que no. Sabía que a la chica no le gustaba dar detalles, según decía, se sentía incómoda—¿Cómo es que escribes para extraños y no puedes hablar con tu padre?

— Estoy hablando contigo—limpió su boca con su servilleta.

— Sabes que no me refiero a eso.

— Cuando la tenga lista prometo contarte.

— ¿Es de terror?

— No escribo terror.

— ¿Suspenso?

— No.

— ¿Mafia?

— ¡Papá! —reprochó y él se echó a reír. El hombre distinguió una tienda de perfumes, quería comprarse alguna loción, SooBin lo esperó sentada en uno de los bancos. Acabó su helado viendo a las personas que iban o venían, la mayoría de las personas eran delgadas, cuando su madre vivía siempre le recordaba que no importaba su peso, color de piel u orientación sexual, si estaba a gusto consigo misma no debía importarle lo que piensen los demás.

Pero al mismo tiempo era un consejo que la mujer no estaba llevando a cabo consigo misma, SooBin tenía buenos recuerdos de su madre, nunca la vio triste o decaída por algo, nunca la escuchó discutir con su padre, su madre siempre tenía una sonrisa cuando se dirigía a ella, era dulce y comprensiva hasta su padre no había notado nada extraño.

Cuando lo notaron fue muy tarde.

Una pequeña de dos años echaba un pedazo de servilleta a la basura, Soo vio que alguien tomó su brazo, la madre de dicha niña la notó y ambas se reconocieron. La chica tuvo desagradables recuerdos de la secundaria.

Había un círculo en el salón donde SooBin estaba en el suelo con su uniforme sucio por la comida que fue arrojada a ella, sus "compañeros" habían comenzado a arrojarle comida de sus bolsos ante las burlas de Nancy McDonnie sobre su ansiedad por comer. Si bien Nancy no era del todo delgada, pero tenía curvas que a cualquier chico atraía, para desgracia de Soo ese día Jiwon no había asistido a clases, estaba sola.

— ¿Quieres comer más, SooBin? —Nancy sonrió con diversión fingiendo un tono dulce, Soo se levantó del suelo limpiando inútilmente su falda—Dicen que las personas obsesas como tú suelen ser débiles de mentes—con su dedo tocó su frente—Tu debilidad es la comida, ¿Quieres rodar como tu madre?

El tonto rumor que corría en la escuela (y que probablemente sus compañeros iniciaron) era que su madre había fallecido por comer en exceso. Si tan sólo supieran que no fue por eso.

SooBin convirtió sus manos en puños. Su cabello tenía un poco de salsa de tomate, por un instante sacó fuerzas de un lugar desconocido y empujó a Nancy hacia los pupitres, todos se sorprendieron ante la escena ya que nunca había ocurrido. SooBin siempre soportaba o callaba.

— No menciones a mi madre—advirtió.

Dos chicos ayudaron a Nancy a incorporarse, la castaña bufó indignada.

Dream Glow • [JJK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora