MISÈRE

CAPÍTULO 4

Significado

Elizabeth Grace

Ingreso en la oficina y me siento de mala gana en la silla giratoria. 

—¿Alexander ya se fue?. —pregunto colocando un dedo en mi sien. 

Estoy realmente estresada y exhausta de lo mismo. 

—¿Ya lo llamas por su nombre y no por el "usted" o "señor"?. —inquiere elevando una ceja. Brenda nota mi expresión y se pone seria. —Lo siento. —mira hacia otro lado buscando las palabras exactas para preguntar sin hacerme explotar. Me conoce. 

Se lo hago más fácil y hablo yo. 

—Mi padre pensó muy bien sus movimientos. Decidió meterme en sus negocios haciéndome responsable de cualquier acto. —digo respondiendo sus preguntas. 

—Pero no puede inculparte, no tiene pruebas, tú y yo nos fijamos en todo y solo había rastro de sospecha, nada más. 

—Mi firma está en cada uno de los documentos que acepta el ingreso de… —sus ojos se abren de extremo a extremo. —eso. 

—¿En qué momento?. —cuestiona sentándose en la silla frente a mí. 

La imagen de Alexander sentado allí hace un rato se pasea por mi mente. Le conté demasiado cuando apenas lo conozco, pero era necesario. Necesitaba la opinión de alguien que trabaje en lo mismo que yo y sepa más que yo en ese aspecto. 

Hay que admitirlo. Alexander Hudson tiene más experiencia que yo. No por nada está buscando ser socio de Héctor, sin embargo su único problema es no saber mover bien sus fichas dentro del juego. 

Gracias a ello es que no ha logrado mantener su empresa estable, y dentro del ruedo con otras empresas que buscan lo mismo, o algo mayor, a lo que busca Alexander. 

—Hace un tiempo no conocía todos los tratos que mi padre mantenía con esa gente. Era obvio que no le iba a prestar la atención requerida a cada firma que me pidiera Drake, o mi padre. —declaro con odio—. Es mi culpa por no prestar atención a esto, antes de estar hablando y conociendo a personas en cada país al que iba. Mi padre me despistó dándome el control absoluto de la empresa, jugó a mis espaldas y me engañó susurrándome palabras al oído donde me decía qué hacer. 

Brenda mantiene su mirada perdida en un punto fijo del enorme ventanal transparente. Permanece impávida, observando a la nada mientras pasa un dedo por su labio inferior. 

Paseo el USB que le saqué a Drake del bolsillo por mis dedos viéndolo con atención, como si dentro se ocultara el mayor secreto del estado. 

—¿Qué haremos con Drake?. —pregunta saliendo de sus pensamientos. 

—No, no que haremos, sino que hará él consigo mismo. 

Aparto los documentos que se encuentran sobre mi escritorio y coloco mi laptop frente a mí. La enciendo, la desbloqueo e inserto el USB cuando la página de inicio resplandece. 

Ingreso a los documentos del USB con Brenda a mi lado observando cada cosa. 

—Mira ese archivo. —señala Brenda poniéndose a la altura de la laptop. 

Me fijo en lo que me dijo. Intento entrar en el documento y lo logro. Lo que sea que se encuentre aquí de algo me debe servir. 

—Son nombres. —murmuro bajando por el archivo. —Son demasiados. 

—Cientos de nombres. ¿Son inventados o sí existen?. 

—Averiguemoslo. 

Comienzo a teclear los nombres en el buscador. Si son importantes nos saldrá, y si no es así entonces tendremos que llamar a registros para ver si existe alguien con ese nombre y el resto de datos que nos brinda el archivo.