CAPÍTULO 6

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Mortal

Alexander Hudson 

Empiezan a hacer compresiones y las respiraciones son lo único que se escucha. Se siente el miedo en el aire, los doctores por lo que el señor Grace pueda hacerles si algo le sucede a Elizabeth, y supongo que el de el señor Grace es perderla a ella. Un respiro es suficiente para que todos vuelvan a estar en paz. 

Elizabeth recuperó el pulso. 

Todos se ponen en movimiento. Los doctores empiezan a mover la camilla y salen de la habitación. Magdiel se levanta del suelo y va hasta los doctores al igual que Héctor. 

—¿A dónde la llevan? No dejaré que se la lleven. —demanda Magdiel poniendo sus manos sobre el barandal de la camilla. 

—Señor Grace, hubo una explosión fuera del hospital, la luz se fue y el sistema se está reiniciando. No hay seguridad e intentarán entrar al hospital para lastimar a su hija, debemos movernos y llevarla a un lugar seguro antes de que se emita el cierre automático de todo el hospital. —dice el doctor a cargo con prisa mientras monitorea algunas cosas que están cerca de Elizabeth. 

—¿Se va a cerrar el hospital?. 

—Sí, por completo, señor Vélez, se emitirá una orden y quienes estén dentro, se quedarán adentro, quienes estén afuera, se quedarán afuera. La protección de nuestros pacientes es la prioridad y sin luz no podemos hacer mucho, además de que tenemos a la señorita Grace en un estado crítico. —habla una enfermera. 

La camilla se pone en movimiento de nuevo y todos corremos para seguirlos, sin embargo nos detenemos cuando vemos la luz y el ruido de varias balas pasar de largo por el pasillo frente a nosotros. Siento la camilla moverse y noto que Elizabeth está despertando, sé que el efecto de los medicamentos a pasado y sentirá de inmediato el dolor que no ha sentido en un rato, será por un momento, pero ella lo sentirá eterno, como un infierno. 

Me muevo de manera rápida hacia ella y tapo su boca, que estaba abriéndose para quejarse del dolor, con mi mano, ella me muerde, sin embargo no quito la mano. Le hago una seña de silencio que ella entiende por completo mientras cierra los ojos con fuerza y aprieta su mandíbula. Llevo mi otra mano hacia la de ella y la presiono, me regresa la fuerza al triple y yo debo respirar de manera profunda para no alejarme. 

Quito la mano de su boca y luego de un rato Elizabeth gira su cabeza hacia el pasillo donde antes habían balas volando por doquier. 

—Hija, ¿crees que puedes ponerte de pie?. —pregunta Magdiel a su hija en un susurro. 

Ella quita su atención del pasillo y la posa en su padre mientras asiente de manera leve. 

—Señor Magdiel, no creo que pueda recomendarle hacer algo así considerando el estado en el que se encuentra. Su herida puede abrirse y… 

—Mi hija necesita alejarse de aquí antes de que esto se convierta en un maldito infierno, no dejaré que alguien más la hiera, así que no dirá nada porque mi hija es fuerte y sé que encontrará la forma de alejarse de aquí. 

El doctor se mantiene callado y en su sitio empieza a retirar las agujas de los brazos de Elizabeth con cuidado. 

—Señor Orduña, usted se quedará con nosotros al igual que sus asistentes y no es una petición, es una maldita orden. 

—Yo también me quedaré para apoyarlo, conozco a Elizabeth y sé que ella no querría que nada malo le pasara.

Me irrita saber que hablan de Elizabeth como si ella no estuviese aquí y que los escucha a la perfección. Ella puede hablar, poco, pero puede. Además, Héctor no sabe de lo que habla, Elizabeth odia a su padre, aunque no creo que lo quiera muerto a manos de otra persona que no sea ella. 

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