Capítulo 9

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La habitación está en penumbra y la luz de la luna entra por las dos ventanas del fondo de forma que incide directamente sobre la cama que se encuentra pegada a la pared, todo lo demás son sombras. Noah se acerca a la mesita de noche que tiene junto a la cama y busca a tientas el interruptor de la lámpara, es una luz cálida y tenue que da a la habitación un aspecto acogedor.

Lo veo caminar hacia mí extendiendo su mano hasta agarrar con delicadeza la mía y tira de mí hacia él, siento como me dejo llevar hasta que mi cuerpo se pega al suyo con la misma fuerza de dos imanes que se atraen. Da unos pasos hacia atrás mientras su mano agarra la mía y la otra asciende hasta mi mejilla sonrojada sin apartar ni un solo instante sus brillantes ojos de los míos. Me inquieto al ver la cama justo detrás de él y pienso en que debería decir algo, pero sus labios me callan antes de que pueda pronunciar una palabra. Su lengua recorre cada centímetro de mi boca de forma lenta pero firme, continua por mi mejilla y baja hasta mi cuello mordiéndolo suavemente mientras su mano me agarra por la nuca. Noto como un escalofrío recorre mi espalda y dejo escapar un jadeo al mismo tiempo que inclino levemente la cabeza hacia atrás para estirar mi cuello. Cierro los ojos y subo mi mano hasta su cabeza enredando mis dedos entre su pelo. Asciende por mi cuello con su lengua hasta encontrarse con el lóbulo de mi oreja y lo atrapa con los labios, la piel se me eriza y siento que hace demasiado calor aquí dentro.

—Noah...— Consigo susurrar entre suspiros mientras él no deja de saborear cada rincón de mi piel que tengo al descubierto. —Noah... No puedo.

Sus besos cesan y siento como su cuerpo ya no se mantiene contra el mío. La manera tan profunda que tiene de mirarme hace que me sienta pequeña y vulnerable. Me esfuerzo por no apartar la mirada y me paso la lengua por los labios colocándome el pelo detrás de la oreja.

—¿Es que no quieres besarme Violet?— Su forma tan calmada de preguntar y el roce de sus labios en mi mejilla al pronunciar esas palabras hacen que mi cuerpo se estremezca y solo puedo asentir. —Bien, entonces hazlo.

Vuelve a atraer mi cuerpo hacia él de forma que mis labios y los suyos queden a escasos centímetros y siento como su dedo pulgar recorre mi labio inferior, entorno los ojos para mirarle observando como su saliva baja por su garganta antes de que su voz acaricie mi mejilla.

—Esa forma que tienes de mirarme... Tan inocente—. Su mano se posa en mi cintura, pegando mi cuerpo contra el suyo y recorre mis labios con su lengua antes de volver a besarlos. Poco a poco su mano se desliza por la tela de mi vestido hasta detenerse en una de mis nalgas. La agarra con fuerza  haciéndome gemir en su boca y Noah sonríe sobre mis labios y susurra al mismo tiempo que su mano me aprieta con más intensidad. —Eso me pone mucho.

Me arden las mejillas y siento que toda mi piel está caliente y húmeda. Nunca había sentido algo parecido, ni siquiera con Marcus. Él y yo hemos hecho muchas cosas, pero mi cuerpo nunca ha reaccionado de esta forma ante él. Con Noah es una puñetera explosión de sensaciones que me hacen querer más y más de él.

Noto como tira de mí al mismo tiempo que se sienta en el borde de la cama, mis piernas se separan por la presión que ejercen  sus rodillas y coloca sus manos en mis caderas sentándome a horcajadas sobre su regazo. Los nervios me invaden al pensar que igual quiere ir más allá, y no quiero ser esa chica que se acuesta con alguien la primera noche y que a la mañana siguiente ni me mire a la cara. Me retira el pelo para besarme en el cuello y yo rodeo el suyo con mis brazos, subiendo las manos por su pelo. Noto una de sus manos recorriendo mi espalda y desciende bajando la cremallera de mi vestido. Me separo lo justo para poder ver su cara y dejo caer mis brazos estirados sobre sus hombros.

—No voy a acostarme contigo— murmuro de forma que casi parece que me esté disculpando por ello, y me siento tonta.

Analizo su rostro en busca de alguna reacción a mis palabras y lo único que veo es esa maldita sonrisa, como si mi comentario le pareciese gracioso. Yo aprieto mis labios frunciendo el ceño ante su reacción.<<¿Le hago gracia?>>

Tan fácil como decir te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora