Capítulo 11

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Como cada día, desde hace más o menos una semana, me levanto temprano para disfrutar de un buen desayuno en Richmond Hill antes de empezar la mañana. Me encanta ese lugar, es muy tranquilo y siempre huele a bollos recién hechos. Además Bob, el dueño del local, es un hombrecillo adorable y muy simpático.

Me siento en la misma mesa de cada día, la que está junto a la ventana y saco mi cuaderno de dibujo de la bolsa de tela.

—Buenos días Violet, ¿qué va a ser hoy?— Me pregunta asomando la cabeza por el mostrador.

—Mmm... Hoy me apetece un croissant relleno de jamón y aguacate, y un cappuccino. Por favor..

—¡Marchando!

Vuelvo la mirada a mi cuaderno, repasando algunos esbozos que practicamos en la clase anterior y saco un lápiz del estuche mientras me dispongo a dibujar algunos trazos. Estoy tan absorta en mi trabajo que ni me percato de que mi desayuno ya está sobre la mesa, cuando unos golpes en el cristal me sobresaltan haciendo que levante la mirada de golpe. Sophie me saluda agitando la mano y yo le devuelvo el saludo levantando la mía del cuaderno, no puedo evitar darme cuenta de que unos metros detrás  de ella Oliver y Noah la están esperando. Él me ha visto y puedo notar como aparta su mirada cuando me doy cuenta de su presencia, sigue igual de grosero que la última vez. Me limito a centrar mi atención en Sophie, tratando de aparentar indiferencia mientras ella se dirige a la puerta.

—¡Hola! ¿Estás preparada para la fiesta de esta noche? Oliver dice que va a ser brutal, que todos los años es una pasada...

—¿Qué fiesta? ¿Dónde?— La interrumpo.

—Si, se celebra en una de las fraternidades del campus. Algunos amigos de Oli están en ella y obviamente estamos invitadas. De hecho.. ¿Te acuerdas de Daniel? Lo conociste en la hoguera, ese chico fuerte y guapo de ojos negros...— Encoge los hombros con su sonrisa habitual y aprieta los labios conteniendo su risa cuando yo ruedo los ojos. —Bueno, ¿te apetece que vayamos juntas? Nos vemos a las ocho en la habitación para arreglarnos, ¿vale? Ya le he dicho a Oli que hoy será noche de chicas. Te prometo que esta sí será una buena fiesta— se lleva la mano abierta hasta el lado del corazón, como si estuviera haciendo algún tipo de juramento. Me hace reír y no me queda más remedio que aceptar.

—Bien, nos vemos en clase—. Se acerca a mí rodeando mi cuello con sus brazos y deposita un beso en mi mejilla que me hace sonreír. Cuando sale por la puerta vuelvo a mirar hacia la ventana y veo como Sophie se junta con ellos para marcharse. Noah vuelve la mirada hacia mí y yo la aparto de golpe, centrándome en mi cuaderno. Mis mejillas se encienden según el enfado se apodera de mí al pensar en lo ocurrido con él.

<<No me importas, Noah. Tengo novio. Un novio que no me habla y al que le he puesto los cuernos. Sí. Pero tengo novio al fin y al cabo. Tú no significa nada para ti.>> Miento, pero necesito creerlo.

Me reúno con Sophie en la primera clase de la mañana, la clase del profe guaperas que ya tiene a alguna que otra suspirando por él. Me hace gracia la idea de cliché de romance universitario entre alumna y profesor, y a Sophie y a mí nos divierte cotillear sobre las chicas que tratan de tontear con él durante las clases. Es una situación bastante vergonzosa y él en ocasiones hasta parece incómodo, de todas formas siempre es amable con todas y trata el tema de la manera más profesional. Supongo que ya tiene práctica lidiando con estas cosas.

Al acabar la última clase de la mañana aprovecho el camino de vuelta a mi cuarto para llamar a mi madre, aún no la puse al día de todo lo que ha ocurrido esta semana. Bueno, tampoco de todo. Solo hablamos de lo que me parecen las clases, la residencia y los profesores, y ella me cuenta las novedades que hay por casa, que no son muchas. Tenemos un vecino nuevo en el barrio y por lo visto se han hecho bastante amigos. Yo me alegro de que por fin tenga a alguien. Tras despedirnos, cuelgo y veo que tengo un mensaje nuevo.

Tan fácil como decir te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora