—¡No, no, no! Por favor... ¡No!
Me despierto sobresaltada y no tardo en darme cuenta de que estoy en el cuarto de Noah. Respiro de forma agitada tratando de encontrar el interruptor de la lámpara mientras mi mente vuelve a revivir lo ocurrido esta noche. El recuerdo de sus manos recorriendo mi cuerpo, invadiéndome sin permiso, usándome y manejándome a su antojo, como si fuera un objeto sin vida me hace sentir asco de mí misma, y me vengo abajo una vez más.
Me tumbo encogiendo mis piernas hacia mi pecho y las rodeo con mis brazos mientras mi cuerpo tiembla con cada llanto. Hundo la cabeza en la almohada para ahogar un grito que sale desde lo más profundo de mi ser. Me siento sola y ni siquiera me reconozco en este momento. A ratos es como si fuera una simple espectadora en todo esto, como si nada de esto me hubiese pasado a mí. Pero de pronto algo me hace darme de bruces con la realidad y es ahí cuando me derrumbo. Es en ese momento cuando soy consciente de lo que me ha pasado y de que después de esta noche ya nunca volveré a ser la misma.
—Noah— murmuro acercándome al sofá donde duerme. —Noah...
—Mmm... ¿Qué? —musita removiéndose en el sofá. —¿Violet? ¿Qué pasa? ¿Qué hora es?
—Nada— susurro arrepintiéndome al instante de haber salido — perdona, sigue durmiendo.
—Espera. ¿Estás bien? —Se incorpora entreabriendo los ojos y me busca entre la oscuridad del salón.
—Sí, perdona por despertarte—. Me vuelvo hacia la puerta de la habitación.
—¿Estás bien?— Insiste.
Me mordisqueo el labio inferior dudando por un momento e inspiro profundamente antes de volverme hacia él armándome de valor.
—¿Puedes dormir conmigo? He tenido una pesadilla y no quiero estar sola.
Mi pregunta parece cogerlo por sorpresa pero de forma inmediata se levanta del sofá casi de un brinco, plantándose de pie frente a mí. Me rodea con un brazo para atraerme hacia él y me besa la frente con ternura al mismo tiempo que asiente.
—Claro, vamos.
Me deslizo entre las sábanas y él se acuesta junto a mí, amoldando su cuerpo a la forma del mío de manera que mi espalda queda pegada a su pecho y me abraza con fuerza contra él. Entrelazo mi mano con la suya y de nuevo me siento a salvo.
Al despertar Noah todavía sigue rodeándome con su brazo y yo me mantengo acurrucada contra su cuerpo. Me giro lentamente y él se despereza mientras yo me quedo observándolo un momento. Se le ha formado un pequeño moratón junto al corte de la ceja. Al verle a él en este estado no puedo evitar pensar en lo que ha hecho y me preocupa que pueda haberse metido en algún lío por mi culpa.
—¿Has dormido bien?—murmura con la voz ronca y todavía medio dormido, entreabriendo un ojo.
—Sí. Gracias por quedarte conmigo.
—¿Qué dices? —rueda los ojos y deja escapar un leve gruñido mientras se despereza girando de nuevo su cuerpo hasta tumbarse de lado frente a mí. — No recuerdo cuando fue la última vez que dormí tan bien como esta noche.
Asiento bajando la mirada hasta el dobladillo de mi camiseta y juego con ella entre mis dedos hasta que finalmente me armo de valor para soltarlo.
—¿Qué le hiciste?
Resopla incomodado por mi pregunta y responde de forma tajante.
—No iba a irse de rositas después de lo que te hizo— su voz se torna enfadada cuando habla de él —pero no vamos a hablar de eso. Y mucho menos vas a preocuparte por él después todo.
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Tan fácil como decir te quiero.
RomantikElla es una chica introvertida y llena de inseguridades, viviendo una vida que no desea con alguien a quien ya no ama. Él es un chico borde, temperamental y distante que ha decido no dejar entrar a nadie en su vida. Pero cuando sus caminos se cruzan...