Capítulo 28

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—Venga, te llevo a donde me digas—. Rompe el silencio con toda naturalidad, como si lo que acabara de pasar fuese algo natural.

Reúno las pocas fuerzas que me quedan y me incorporo colocándome la ropa. Trato de recomponerme y me alejo de allí en silencio, esperando que esto realmente haya terminado.

—Ha sido un placer muñeca. Cuando quieras repetir ya sabes.

Su indiferencia ante lo ocurrido me hace romper a llorar mientras camino sin rumbo con la única intención de salir de aquí. Consigo ver a lo lejos a un grupo de gente delante del apartamento y camino apresuradamente hacia allí.

—¡Vio! ¿Dónde te habías metido? —Me llama Sophie —pensábamos que te habías largado con ese tío...Estábamos todos muy preocupados. Oliver dijo que ese tío no era de fiar.

—Violet, ¿dónde demonios estabas? Irte así, y con ese chaval, ha sido algo muy estúpido joder— la interrumpe Noah levantando la voz enfadado.

Me detengo en seco frente a Sophie y levanto ligeramente la mirada viendo como Noah se dirige hacia nosotras de forma alterada. El rostro de Sophie se descompone nada más verme.

—Esas son tus... —Baja la mirada hasta la mano en la que sostengo mis bragas hechas un ovillo dentro del puño. — Oh dios mío. ¿Estás bien? ¿Qué te ha hecho?

Se lanza hacia mí y me abraza con todas sus fuerzas. Escondo la cara en su pelo y de nuevo rompo a llorar desconsoladamente mientras ella me sostiene y me acaricia tratando de consolarme.

—¿Qué pasa?¿Dónde coño estabas?—Noah nos interrumpe haciendo que Sophie se separe ligeramente de mí.

—Ese tío, Noah. Ese pedazo de mierda le ha hecho esto— responde Sophie por mí.

En ese momento Noah parece desconcertado con la imagen que tiene frente a él. Examina mi rostro con preocupación y sus facciones se endurecen en cuanto sus ojos detectan finalmente las bragas que trato de esconder en mi mano.

—¿Qué te ha hecho Violet? Dímelo. ¿Dónde está? ¡¿Dónde coño está?!— Alza la voz al mismo tiempo que su mirada revisa la calle en su busca. —¡Habla joder!

Y yo quiero hablar, quiero contarle lo que ha pasado pero por más que trato de hacerlo las palabras no quieren salir de mi boca. A pesar de que sé que ya ha pasado todo y que ya estoy a salvo el miedo y la vergüenza no me permiten pronunciar esas palabras en voz alta.

El rugido de un motor me alerta haciendo que me enderece de golpe, agarrando la mano de Sophie. Ella mira hacia el coche que sale del callejón y seguidamente me mira con tristeza.

—¿Es él verdad?—Murmura manteniendo mi mano agarrada.

En ese instante Noah se da la vuelta mascullando algo que no consigo comprender y se dirige hacia la moto que tiene aparcada frente al edificio. Sale de allí rugiendo con fuerza, haciendo que todos dirijan la mirada hacia él y en cuestión de segundos lo pierdo de vista.

—¿Qué pasa? ¿A dónde va ese capullo?— Pregunta Oliver en tono de broma, pero su voz cambia radicalmente al ver la expresión de Sophie. —¿Estáis bien?

—No. Ve tras él porque va a hacer una estupidez. ¡Corre Oli!—Le ordena Sophie algo alterada.

Oliver nos mira desconcertado y a pesar de no entender que está pasando se apura por llegar al coche, y de la misma forma que Noah se aleja rugiendo con fuerza en la misma dirección.

—No me puedo creer que ese gilipollas te haya hecho esto. No tendría que haberte dejado salir del apartamento con él. Lo siento mucho Vio, no sabes cuanto— me abraza de nuevo y esta vez es ella la que solloza contra mi hombro. —No me puedo imaginar por lo que has pasado. En cuanto Oliver nos dijo quien era ese chico salimos a buscarte pero no te encontramos por ninguna parte. De verdad, no sabes cuanto lo siento. Deberíamos ir ahora mismo a denunciar lo que te ha hecho.

Tan fácil como decir te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora