Segunda parte de Instagram.
Después de dos años de lo sucedido Samay decide tomarse un año sabático para poder decidir que carrera estudiar, pero en sus planes se mete su mejor amiga a cambiarle un poco el rumbo de sus ideas.
Unas vacaciones en Los...
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Un corazón roto es difícil de sanar. A veces me gustaría que las cosas fuesen más simples, como comprar una curita y poder pegar las partes rotas sin sufrir demasiado.
Los días se me habían caído encima, de un color gris que ni siquiera en mis peores pesadillas había vivido. Pero con ayuda de mis amigos había logrado superar de a poco mis penas y poder seguir adelante con mi vida.
A los meses lo supere, o eso creí.
Había superado lo que me había sucedido, aunque a veces despertarse a mitad de la noche gracias a una pesadilla, o también me refugiase con las fiestas para no ver que en realidad me faltaba mucho para olvidar aquella noche.
También lo había superado a él.
Había olvidado cómo se sentían sus labios, o como mi corazón amenazaba de salirse de mi pecho cuando me abrazaba, o las sonrisas que no podía retener por su culpa, o incluso la alegría que me causaba tan solo hablar con él todos los días.
Pero como lo dice la palabra.
El olvido.
No la superación.
Superar es no necesitarlo más.
Y yo lo necesitaba, aunque a veces decidía olvidarme del tema.
Pero cuando él volvió a plantearse en mi vida el olvido era aún más difícil...y la superación imposible.
