Segunda parte de Instagram.
Después de dos años de lo sucedido Samay decide tomarse un año sabático para poder decidir que carrera estudiar, pero en sus planes se mete su mejor amiga a cambiarle un poco el rumbo de sus ideas.
Unas vacaciones en Los...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Josh...detenido. Josh, el mismo tonto que cuando perdía una partida en ese estúpido juego en la consola se ponía como un niño pequeño.
No parecía posible que una persona como Josh estuviese en prisión. Nunca había hecho nada malo, sacando la vez de pequeños cuando luego de una discusión (bastante fuerte, por el asiento en el coche) me tirará en la piscina en pleno invierno.
¿Cómo habíamos terminado con Joel suelto por las calles y mi hermano encerrado?
Solté un suspiro bastante largo, intentando largar todo lo malo que estaba sintiendo. Quería un descanso de tantas cosas con urgencia, necesitaba un respiro de mi propia vida.
—Bien. Pero lo soltaran ¿Verdad?
—No lo sé, Sam. No me han querido decir mucho— mi padre se peino con nerviosismo mientras me respondía. No me quería imaginar cómo lo estaba pasando él...o Eliza. Joder, Eliza...
—¿Lo han podido ver?
Asintió con la cabeza.
—Fui con Eliza está mañana. Él está bien, Joel ni lo ha tocado.
—Lo ha hecho a propósito, sabía que si lo golpeaba los arrestarían de vuelta...— gruño mi hermana con la voz furiosa—; Me dan ganas de...no sé...déjalo, lo que iba a decir es muy cancelable.
Sonreí de lado negando con la cabeza. En realidad, no me estaba riendo, pero entendía lo que quería decir.
Me pase las manos por la cara e intenté no echarme a llorar. Odiaba llorar frente a mi padre. Lo había hecho ya bastante veces, pero en todas ellas me había sentido tan incómoda. No sé porqué, pero llorar al frente suyo me ponía más sensible. No me gustaba saber que me veía en ese estado.
—¿Y Joel? ¿Está en su casa?
Mi padre movió la cabeza de forma afirmativa.
—Es decir, a dos cuadras de aquí— solté de mala gana—; Genial. La justicia, cómo siempre, protegiendo a la gente. Ahora voy a comprar algo y ya que está me lo cruzo y me tomo un café con él ¿No? Hablamos de trivialidades y nos ponemos al día.
—No te lo vas a cruzar, Sam— aseguro mi hermana.
—¿Y tú qué sabes? Capaz sigue mal de la cabeza, Olivia. No se puede saber que planea hacer. ¿Y si se plantea aquí? ¿O si me lo cruzo por la calle sola? Quien sabe, capaz estos dos años en prisión lo volvieron más loco. Por lo menos, en ese momento no se me acercaba, bueno, sacando el día de mi graduación....— empecé a hablar mientras jugueteaba con mis dedos nerviosa—; Quiero venir a mi casa en paz, por dios...¡Se suponía que iban a ser siete años! ¡No cumplió ni la mitad!
—Vas a estar bien, Sam. No te lo vas a cruzar, quédate tranquila— volvió a hablar mi hermana, con seguridad. Pero yo no estaba tan segura de eso último...