Capítulo treinta.

381 27 10
                                    

No sé que estaba pensando en ese momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé que estaba pensando en ese momento. Capaz ni lo hacía. Lo único que sí sé es que camine y camine por unos eternos minutos sin rumbo alguno.

Hacía mucho frío y el abrigo que había traído no era para nada suficiente, así que llegué un momento dónde los dedos de la mano y la nariz estaban tan fríos que apenas los sentía. Doble en una esquina que sabía que a mitad de esa calle se encontraba un bar nocturno que era muy frecuentado.

Entre y pase entre la gente como pude, llegando a la barra con dificultad y sentándome en una de las banquetas altas que había frente a esta. Pedí el primer chupito y lo tomé de a poco, desacostumbrada ya al sabor. El segundo lo tomé un poco más rápido. El tercero lo tome de un tragó que me hizo arder la garganta. El cuarto paso bastante suave. El quinto ya ni lo sentí.

Dejé de contar los tragos a partir del octavo. Hablé con el barman a más no poder, contandole cosas que seguro no le importaban, pero él siempre respondía con amabilidad y me servía todos los tragos que le pedía.

—Entonces terminamos y estuvimos sin hablar por dos años. Ahora volvió y estoy tan confundida que quiero enterrar la cabeza en una almohada y tenerla pegada en la cara por el resto de mi vida— sabía que lo que decía ya no tenía sentido, pero seguí hablando de todos modos—; O sea, es perfecto ¿lo entiendes, no? el es...un once y yo soy un...cinco, siendo bastante considerada conmigo misma.

El tipo asintió, mirando algo que estaba haciendo con las manos. El cabello rubio le caí en la cara y me tomé un momento para admirarlo. Tendrá unos treinta años, con una barba balbo oscura y una cicatriz en la mejilla derecha que llamaba bastante la atención.

—¿Qué te pasó en la cara?— pregunte apoyándome en la barra e incorporándome para adelante, intentando ver con más claridad.

El levanto la cabeza con media sonrisa.

—¿Ya vamos a pasar la línea de preguntas personales?

Asentí con la cabeza repetidas veces. El tipo negó con gracia.

—Mientras jugaba con mi hermano de pequeño me caí y me corte la cara con un hierro que sobresalía de la puerta— explico—; siete puntos. Supongo que en el momento dolió pero no lo recuerdo, era pequeño.

—Auch— hice una mueca.

—¿Y a ti que te paso en la mano?— señalo la venda con el dedo.

Mire mi propia mano un poco aturdida y casi doy un respingo cuando recordé que la tenía lesionada...¿como podía olvidarme de ese gran detalle?

Vaya...creo que si estaba bastante borracha.

—Ah, le pegué a un espejo.

—¿Qué?— preguntó extrañado.

—Estaba enfadada y rompí el espejo del baño. Ya sé, suena enfermo, pero tampoco lo recuerdo mucho.

Asintió. 

Si te perdono| Robert Pattinson. (Instagram #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora