Nos habíamos tomado nuestro tiempo en prepararnos. Entre que nos terminamos de bañar todos con un solo baño, nos cambiamos y cenamos habíamos salido más tarde de lo planeado del departamento.
Las chicas y yo habíamos coincidido en ponernos todas vestidos, mientras que Chance se vistió con unos jeans celestes y un jersey marrón. Daila iba con un vestido bordo con cuello de tortuga y unas botas negras hasta las rodillas, Myah, por otro lado, optó por uno azul marino con cuello redondo y escote marcado.
Y yo me había colocado un vestido negro liso, con el escote cuadrado y un corte en el costado de la pierna. No quería lidiar con la incomodidad de un dolor de tobillos, así que me había puesto mis habituales convers.
Le mande un mensaje a Robert apenas nos subimos al coche. Como siempre, yo iba adelante con Chance y Myah iba detrás con Daila, parloteando sin parar. Pero yo no me metí en la conversación en ningún momento, estaba muy nerviosa como para pensar en decir algo coherente.
Porque, la verdad, mirase por donde lo mirase había solo dos finales para esa noche: Uno muy bueno, en dónde hacemos las paces como podíamos y me remplantease si dejar el pasado atrás fuese una opción. O uno totalmente diferente en dónde lo mande a la mierda (o él a mi) y volviésemos a perder el contacto.
Todavía me estaba preguntando cual de los dos finales era el que me convenía más.
—Llegamos— solo el ruido de la baliza sonando dentro del coche me sacó de mi ensoñamiento.
—¿Ah? Ah, si, si.
Mire la misma casa que había visto la última vez que vine a una fiesta del mejor amigo de Chance. Seguía igual que la última vez, incluyendo la cantidad de gente que salía de allí dentro. El mellizo tuve que estacionar dos calles más adelante, y cuando bajamos y comenzamos a caminar hasta el lugar me di cuenta que quizá había venido un poco desabrigada.
«¿Un poco? Samay, es pleno noviembre y tú solo has venido con un vestido y una campera de peluche café que apenas te cubre hasta el ombligo.»
Entramos al patio delantero justo cuando mi móvil vibró dentro del bolsillo de mi abrigo. Seguí caminado mientras lo sacaba y prendía la pantalla.
Robert P.: ¿Ya estas allí?
Samay: Sí. Acabo de llegar.
Robert P.: Estoy en camino.
Samay: Okey. Avisame cuando estes afuera así salgo.
Cuando me mando un emoji del pulgar para arriba di por terminada la conversación. La puerta de la casa estaba abierta así que no hizo falta llamar al timbre para poder entrar.
Estaba repleto de personas, tanto que tuvimos que tomarnos la mano entre todos para no perdernos. Hicimos una fila y yo tuve que tomar a Myah y Chance, y el último nombrado fue quien nos guió a un pasillo junto a las escaleras, en donde había menos gente y pude distinguir a un chico entre un grupo.
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Si te perdono| Robert Pattinson. (Instagram #2)
RomanceSegunda parte de Instagram. Después de dos años de lo sucedido Samay decide tomarse un año sabático para poder decidir que carrera estudiar, pero en sus planes se mete su mejor amiga a cambiarle un poco el rumbo de sus ideas. Unas vacaciones en Los...