Capítulo veintisiete.

396 30 16
                                    

Apreté los ojos con fuerza cuando sentí una pequeña cosquilla recorrer mi mejilla izquierda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apreté los ojos con fuerza cuando sentí
una pequeña cosquilla recorrer mi mejilla izquierda. Moví la cabeza al otro lado un poco molesta por haber despertado del buen sueño que estaba teniendo.

¿Tienes poderes psíquicos todos los días? Pues no. Y yo en el sueño si.

Pasaron unos segundos antes de sentir aquella cosquilla por segunda vez. Esta vez di un pequeño manotazo en el aire, y fue en ese momento que sentí una pequeña risa que me hizo perderme en tiempo y espacio.

—Sam.

—¿Hum?— pregunte con un sonido de garganta, sintiendo la boca totalmente seca.

—Saaam— la cosquilla de nuevo.

Fruncí las cejas antes de entreabrir los ojos para volver a cerrarlos de nuevo. La claridad que había me dejaba ciega.

—Has dormido toda la mañana. Deberíamos levantarnos y llevar al perro al veterinario.

—Aja...ya me levanto— le di la espalda llevando la sábana hasta mi cuello. Hacia un poco de frío y tenía los pies helados.

El silencio reino un buen rato, y ya estaba quedándome dormida de nuevo cuando sentí los dedos de Rob acariciarme el cabello. Suspiré agradecida, eso me daba aún más sueño.

—Vamos, despiértate.

—Tengo frío— murmuré con los ojos cerrados.

Sentí movimiento detrás de mí antes de sentir su pecho en mi espalda y sus manos en mi cintura. Sonreí con la boca cerrada cuando sentí el calor de su cuerpo compactarse con el mío.

Escondí mis pies entre sus gemelos buscando un poco de calor en esa parte de mi cuerpo.

—No te pongas muy cómoda...ya nos debemos levantar.

—Ser responsable es una mierda.

—Ya deberías acostumbrarte— sentí su sonrisa sobre mi cuello—; ¿has pensando en conseguir algún trabajo?

Le patee la pierna.

—No hables de responsabilidades sobre mi cama. Sigo siendo joven.

Rió con ganas.

—Como tú digas...

—Cuando vuelva a Oregón seguramente lo haga...

Volví a acomodarme mientras abría un poco los ojos. Sonreí ante la primera escena que se presentó ante mi.

Milo durmiendo sobre la sábana mal doblada que había puesto en el suelo. Su cabeza descansaba sobre sus patas delanteras y estaba hecho un bolita.

—¿Cuando volverás?— desenredo una mano de mis caderas para llevarla al costado de mi cara y esconder un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Si te perdono| Robert Pattinson. (Instagram #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora