Capítulo cinco.

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Solté una risa seca mientras bajaba del coche

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Solté una risa seca mientras bajaba del coche. Miré la casa que tenía en frente, de dos pisos, de la cual salían toneladas de personas a tomar aire en el pequeño patio que había en la parte delantera.

Me giré a Myah que en ese momento también se encontraba bajando del automóvil con la boca entreabierta de la sorpresa.

-¿No va haber mucha gente, eh?

Mi amiga me miró mal antes de girarse hacía Chance, que justo en ese momento termino de rodear el coche y se colocó junto a su hermana.

-Dijiste que tu amigo solo hacía una reunión entre amigos- masculló entre dientes.

-Bueno, tiene un círculo social un poco grande ¿no?- sonrió de lado mientras daba unos pasos adelante-; Vamos.

-¿Vamos?- repitió Myah-; Dudo que aunque sea podamos pasar por la puerta, capullo.

-Capullo tu gato.

-¿Que tienes con Miel, eh? ¿Debo repetirte que el tiene mas autoridad en esa casa que tú y en la primera que lo insultes quedas de patitas en la calle?

-No señora, me disculpo.

-Ah...- suspiró desviando la mirada, dando por terminada la conversación pero aún así queriendo demostrar que seguía enojada.

-Bien...entonces ¿vamos?- rompió el silencio Daila unos segundos después.

-¡Sí, vamos!- me entrometí yo.

Myah me entrecerro los ojos.

-¿Debo recordarte porque has venido hasta aquí?

-Oh vamos...- me queje como niña pequeña-; Sera solo un ratito, me portare bien. Solo por hoy.

Me miró desconfiada.

-Tu padre me asesinara.

-No se tiene que enterar- canturree.

-¿Que no se tiene que...? ¡Samay!

-¿Que?

-No. Nos vamos.

-¡No!

-¡Si!

-¡Que no!

-¡Que si!

Y aunque Myah parecía muy convencida de lo que decía, media hora después estábamos en la sala de aquella casa, con la música retumbando en nuestros oídos mientras bailabamos con completos desconocidos. A pesar de que afuera hacía un frío que pelaba la piel, allí dentro aplastada por la gente había empezado a transpirar y termine por optar quitarme la chaqueta de jean para amarrarla en la cintura de mi pantalón amarillo de cuadraditos, así quedándome tan solo en una camiseta de mangas largas blanca.

-¡Chance! ¡Trae una cerveza!- la hermana del recién nombrado le ordeno a través de gritos.

Chance rodó los ojos mientras paraba de bailar y asentía a regañadientes. Supongo que en esa relación hermanos-mellizos mandaba la rubia.

Si te perdono| Robert Pattinson. (Instagram #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora