El club de las patadas en el trasero

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Querida Mary

Se que te sorprenderá el recibir esta carta, pero no te preocupes, no tengo idea de donde te encuentras, la lechuza que vez en este momento es de mi hermano mayor, es rápida y le resulta muy fácil seguir un rastro, así que llegará a ti sin importar que. Tiene una obsesión con los calcetines, así que te recomiendo que los escondas muy bien mientras Dinam esté contigo.

Tengo muchas cosas que contarte, primero te agradará saber que Ares y Apolo están muy bien, justo en este momento mientras te escribo, Ares está cazando a Ministro, mi gato, y Apolo está jugando con las botas de Dominique. Están igual de gordos y traviesos que antes, aunque te extrañan demasiado, tal vez deberías enviarles alguna prenda para que se sientan mejor.

Todos te echamos de menos, Mary, espero que vuelvas pronto a Londres. He descubierto algo muy interesante con respecto a tu época en el colegio, me ha dado pesar preguntarle al profesor Lupin, por lo que he decidido que te escribiría directamente. Hay un trofeo con tu nombre en el salón de los trofeos, dice que fue por un hechizo que creaste en encantamientos, algo sobre controlar pájaros, muy impresionante, me gustaría que me hablaras un poco de eso. ¿Cómo puedes controlar a los pájaros? Y ¿Hay alguna forma de romper el hechizo directamente?

Se lo que estas pensado "pues claro que se puede romper un hechizo" pero solo imagínate un caso hipotético en el que un objeto pueda controlar a los pájaros, no solo un hechizo, ¿crees que podrías romper el objeto? ¿Se pueden liberar los pájaros del control? ¿Qué ocurre con los pájaros cuando están en sumisión?

Uff, debo estarte aburriendo de sobremanera con esta carta, pero me encantaría leerte, Mary, espero verte pronto.

Con todo el cariño de Ares y Apolo, SM.

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Sirah estaba metida por completo en el barro y sentía que comenzaba a ahogarse. Afincó con más ímpetu el carboncillo en el pergamino. Su mente buscaba cada pequeña fracción del recuerdo que le permitiera terminar el dibujo.

Como terminamos en este punto.

No se lo preguntaba, sabía la respuesta. Su quinto año en Hogwarts había comenzado tan común y corriente como todos los anteriores. Y en ese punto las cosas habían cambiado radicalmente; primero, estaba saliendo con Orión. Con Orión, demonios. Segundo, Mary estaba viva y desaparecida, los dos gatos rabiosos que descansaba en su cama en ese momento, eran la única prueba de que su encuentro fue real y no un producto de su imaginación. Tercero, alguien la quería muerte. Muerta muerta, no un poco muerta, sino sepultada tres metros bajo tierra.

Volvió a romper el pergamino debido a la presión que ejercía sobre el. Demonios, demonios, demonios.

Comenzó de nuevo.

Cuarto, su Boggart aún le provocaba pesadillas. Quinto, tenía ligeros destellos de reconocimiento relacionados a su pasado, y no eran recuerdos muy adorables. Sexto, Uriel estaba en la enfermería y no había querido salir aunque sus heridas estaban sanadas.

Te tiene miedo, se recordó. El pergamino volvió a romperse. Apretó el carboncillo con fuerza y contó hasta 10.

Comenzó otra vez.

Sétimo, la mano de plata no es una mano, es un espejo. No había pruebas al respecto, pero si sabía una cosa, lo usarían contra ella en cualquier momento, no podía confiar en nadie, no podía creerle a nadie. Cualquier podría apuñalarla por la espalda, quien sea. Incluso...

Sirah Malfoy ||  Tercera Generación || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora