Ginger hair

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El final del primer día de clases en Hogwarts llegó por fin, haciéndose sentir en la sala común de Gryffindor, donde los chicos de cursos superiores se encontraban sentados de cualquier forma en sillones, mesas y hasta en el piso, hablando con sus compañeros, muchos de los cuales no habían visto durante el verano.

Los tres sillones junto a la chimenea, que para esas fechas permanecía apagada, se encontraban abarrotados. Ese sería uno de los pocos días en los que no tendrían trabajos que hacer y decidieron encender la radio de Maxon, la cual llevaba consigo a todas partes, para alegrar un poco más el ambiente. La emisora muggle Smooth Radio presentaba un especial de clásicos no tan clásicos para despedir el verano. Del aparato comenzó a salir la voz de una mujer y la mayoría de las chicas comenzaron a soltar risas y a cantar con sus amigas al ritmo de Valerie.

En uno de los sillones Teddy sonrío mientras cambiaba el color de su cabello de azul a rojo, mientras a su lado Victoire Weasley, su novia, se sonrojaba hasta la raíz de su rubio cabello. Orión que estaba sentado a su otro lado simplemente bufó rodando los ojos mientras Maxon soltaba una carcajada.

Well my body's been a mess

Se escuchaba en la radio.

And I've missed your ginger hair

— Lupin, eres un idiota, eso fue muy cursi — le recriminó Orión frunciendo el ceño y mirando con reproche a su mejor amigo.

— Estás celoso — se burló el pelirrojo antes de volver a su color de cabello azul particular — No tienes una novia por la cual hacer cosas cursis, no te deprimas hermano, algún día una pobre ingenua caerá. — Teddy sabía que eso no era completamente verdad, si hubiera una chica que le gustara a su mejor amigo, seguro ella estaría a sus pies en este momento.

Maxon que se encontraba sentado a los pies de Orión, comenzó a ahogarse con su jugo de calabaza gracias a la risa, mientras el pelinegro le daba un zape y Wood le golpeaba la espalda con muy poca delicadeza.

— No tiene caso Ted — se burló la rubia — Para que Orión tenga novia, primero debe decidir entre todas las chicas del continente, y no se ve muy dispuesto — dijo mirando al mencionado, el cual no quitaba la vista del techo, ni su sonrisa condescendiente — Además, si no es capaz de apreciar ni si quiera canciones románticas...

Ahora fue el turno de Roxanne de reír, mientras veía a su prima mayor desde su puesto junto a su morocho en el sillón de enfrente.

— Si sabes que esa canción fue escrita para una mujer que conducía ebria y fue detenida ¿no? — cuestionó la morena

— Victoire cree que todo es romántico — se burló Fred apoyando a su hermana.

Orión no pudo cooperar con las burlas hacia la novia de su primo y mejor amigo, porque en ese momento aparecieron James Sirius y Abraxas Malfoy a través del retrato de la dama gorda y fueron directo hacia el.

— ¡¿Qué fue lo que hiciste?! Me llego una carta de tío Sirius contándome o más bien restregándome en la cara que te han castigado hoy - recriminó parándose delante del mayor de los Black, quien tenía una sonrisa de lado y miraba con superioridad al chico Potter — Creí que después de primer año habíamos dejado claro que la biblioteca estaba prohibida — James adoraba competir contra Orión, pero a veces simplemente quería molerle la cara a golpes y quitarle esa sonrisa torcida.

— Tienen que admitir que ha sido trampa — gruñó Abraxas, pasando la mirada de su primo a su hermano mayor, quien silbaba al ritmo de Valerie, viendo al techo.

— No fue trampa pequeños arrogantes — terció Orión, aún sonriendo — Las reglas dicen que el castigo debe ser sentenciado en la oficina de la directora ¡Y adivinen que! Estuve en la oficina de la directora y ahora tengo que acompañar a Hagrid a pescar no se que en el lago, por una semana. — amplió su sonrisa con orgullo.

— Debió haber sido estúpido lo que hiciste — contraatacó Fred II, dejando a su hermana sola en el sillón y colocándose al otro lado de James mientras cruzaba los brazos. — Para merecer solo una semana de castigo.

A veces eran estresantes, Orión lo sabía, pero era su familia y estaba orgulloso de esos chicos. Claro que eso nunca lo admitiría en voz alta, sabía que Hogwarts nunca perdería la alegría si quedaban chicos con ese espirito gamberro merodeando por los pasillos. Pero mientras él y sus amigos siguieran en el castillo, nadie les quitaría la corona.

Desde que James y su primo Abraxas entraron a Hogwarts cuando Orión estaba en su tercer año, comenzaron con una sana casi siempre competencia. Después de todo, tenía que marcar territorio, entonces decidieron grabar sus logros con tiza mágica indeleble en la pared de piedra de la parte posterior del castillo, que está escondida por unos árboles y muchos arbustos. Querían dejar su marca en Hogwarts, pero sin que se viera a simple vista para que McGonagall no los matara.

Hasta los momentos Orión y sus amigos llevaba una clara ventaja, y siendo este su último año de educación mágica, estaban determinados a ganar.

Teddy se aclaró la garganta y se apartó un poco de Victoire, mirando a Orión con esa cara que decía Di la verdad, ya. El pelinegro rodó los ojos y suspiró, agregándole dramatismo a la situación. Se inclinó hacia adelante apoyando los brazos en los otros de Maxon.

— Por más que me encante verte llorar Potter, las reglas son las reglas. — Posó sus ojos azules en Abraxas y sonrió aún más — me castigaron por besar a tu hermana en la biblioteca. — Maxon le dio un manotazo a una de sus manos para quitarlas de sus hombros y lo volteó a ver con reproche.

Todos los que estaban cerca se quedaron callados viendo a Orión, para luego reír a carcajadas soltando comentarios que iban desde, como si eso fuera a pasar fuera de tu cabeza. Ya quisieras. Hasta un, deberías anotar esta broma en la pared, es épica. Y un último mantén tus labios para ti mismo Black o te los corto, de parte de Abraxas.

Orión soltó una risa seca, mientras pensaba en los labios de la chica Malfoy. Sacudió la cabeza para apartar esa imagen que muy pocas veces se permitía visualizar. Arrancó la carta de las manos de James mientras este seguía riendo. Tomó a Maxon y a Michael de sus brazos para arrastrarlos hacia su habitación mientras Teddy los seguían soltando cortas risas.

Aun tenían una broma de inicio de curso que preparar.

Una vez en su cama mientras los chicos daban ideas al azar. Abrió la carta que su padre le escribió a James y mientras leía no pudo evitar soltar una carcajada que seguramente se escuchó en las mazmorras.

"Querido sobrino favorito"

Quería ser el primero es avisarte que acabo de dejar a Orión en la dirección mientras recibía su primer castigo de este año. Así es, justo el primer día. SUPERA ESO POTTER.

Te adjunto una caja de pañuelos desechables para que seques tus lágrimas de derrota y te aconsejo que le pidas prestado los anteojos a tu padre, para que puedas ver a pesar de tener los ojos empañados por las lagrimas.

Atentamente, tú tío favorito.
Sirius Black.

Conocía la letra de su padre, un poco tosca, con las Y, G y J dramáticamente alargadas y las O un poco abultadas. Podía imaginárselo escribiendo apurado a escondidas de su madre. Y con esa imagen, comenzó a planear la que sería la broma de apertura de su último año en Hogwarts.

Sirah Malfoy ||  Tercera Generación || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora