1. Volver

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- ¿En serio te vas a volver? – Preguntó Pablo, mientras ayudaba a su amigo a guardar todas sus cosas. Es irónico como podemos guardar toda nuestra vida en unas cuantas cajas.

-Que sí Pablo. – Le responde a su amigo lo mismo que le lleva contestando todo el día.

-Si lo sé, soy un pesado, pero entiéndeme, Peter, viniste aquí para volver a empezar con tu vida ¿y ahora te vuelves a tu país? No te querías separar de...

-Ya, ya lo sé. – Le interrumpe Peter, no quiere escuchar ni su nombre. - Pero mis hermanas me necesitan.

-Y lo entiendo, adoro a tus hermanas, pero esto no es bueno para ti hermano.

Peter para de guardar las películas en las cajas, se levanta y se pone en frente de su amigo de ojos claros, más alto que él, guapo sin lugar a duda, tiene a cualquier chica y chico detrás suyo. Le agarra la cara, para dejar en claro lo que le va a decir.

-Voy a estar bien. - Lo dice acentuando cada palabra. - Y si me pasa cualquier cosa te llamo, ¿de acuerdo?

-Promételo Peter. -El chico del lunar resopla, cansado de la insistencia de su mejor amigo. – Peter

-Te lo prometo, ¿más tranquilo ahora?

Pablo asiente, pero no del todo convencido. Conoce a Peter, sabe que lo ha pasado mal, extremadamente mal, y esto no le viene bien para su salud mental, pero tiene que dejarle ser, ya no es ese chico de 15 años, ya es lo suficientemente adulto como para tomar sus propias decisiones.

Después de llevar todo el día recogiendo, ya solo quedaba la ropa, pero eso ya lo haría Peter al día siguiente, antes de ir al aeropuerto. Aún no se podía creer que se hubiese animado a irse, a volver a ese infierno, pero haría todo por sus hermanas, hasta volver al sitio que casi le quita su vida, su forma de ser.

Pero no quería pensar más en ello, lo llevaba pensando desde el día en el que Rochi, su hermana, le llamó muy desconsolada y sin parar de llorar rogándole que volviese. Para quitarse esos pensamientos de su cabeza le preguntó a Pablo si llamaban a todos sus amigos y se iban de fiesta, lo necesitaba, necesitaba beber sin parar, hasta que no fuese capaz de recordar ni su nombre y así subir en el avión con tal resaca que no hubiese nadie al volante en su cabeza, porque si no, no se subiría a ese avión.

Pablo le siguió de una, y sin duda, sus amigos no podían ser más fiesteros, así que se fueron a pleno centro de la ciudad y entraron en una de las discotecas más antiguas de la ciudad, ese rollo es tan diferente, tan hippie, es como volver a los años 70, y eso, a todos ellos les encantaba.

-Sigo sin creer que te vayas Pitt. - Le dijo Alicia. - Te vamos a echar demasiado de menos. - Le dijo mientras le tocaba el pecho.

-Oye, que no me voy a morir. -Bromeó Peter. - Siempre me podéis llamar, o venir a verme, perooo, avisándome cabrones. - Todos se rieron, Peter acarició la mano de Alicia.

Si dijesen que no ha pasado nada entre ellos no te mentirían, aunque ganas nunca han faltado. Alicia fue la primera persona que Peter conoció, él llegaba desorientado a la nueva ciudad, estaba buscando la facultad de su universidad, pero llevaba más de 1 hora y no había manera de saber donde estaba ese maldito edificio.

Hasta que la chica rubia con una coleta de caballo, con ojos azules, y muy maquillada, casi tanto que parecía que iba a alguna sesión de fotos, le tocó el hombro. Él se giró y cuando la vio se quedo embobado, sin duda era una chica que le llamó mucho la atención, y a Alicia también le había encantado.

-Te veo un poco perdido, ¿necesitas ayuda? - Le preguntó Alicia, aguantando la risa, estaba muy segura de que estaba perdido, pero no quería dar por sentado nada.

SÁLVAME (LALITER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora