Peter se encontraba en su sala de psiquiatría, hacía 10 minutos que había acabado su sesión con una de sus pacientes más mayores, 38 años, tiene dos hijos, una de doce años y el pequeño de siete, siempre le habla de ellos, le dice que son su motor para seguir, a los pobres no les dejan entrar porque son menores y puede causarles mucho trauma, pero para Peter eso no es una opción, así que se está comunicando con el padre para ver cómo podían hacer para que sus hijos viesen a su madre, era algo que le haría muy bien a los chicos y la sanaría a ella, cree que le dará esa fuerza que necesita para poder salir de allí.
Está tan concentrado enviando los mensajes que casi no se da cuenta de que Lali ya había llegado para su sesión.
- ¿Escribiendo a la novia? – Pregunta Lali, desinteresadamente, o eso es lo que quería aparentar, mientras se sentaba en la silla de delante de él.
-No. – Se ríe Peter. – No tengo novia. – Bingo. Así Lali podía saber más cosas de él sin necesidad de pedírselo a su amiga, al menos había algo bueno, aunque ¿qué iba a pasar? Él solo la veía como una paciente débil que en cualquier momento desaparecería de la tierra.
-Bueno, pero tendrás a miles detrás de ti, tienes toda la pinta de haber roto miles de corazones en el instituto. – Le contesta Lali, él se ríe y ella piensa que siempre lo ve feliz, que en el único momento que lo ha visto mal fue por culpa de su padre, pero por lo demás se ve que disfruta de vivir, en eso le tiene mucha envidia.
- ¿Me estás llamando guapo? - ¿Le estaba tonteando? Lali no acababa de entenderlo del todo, no sabe por qué, pero le gustó que le hiciese esa pregunta. – Para tu información no voy por ahí rompiendo corazones, siempre he dejado en claro lo que quiero, es más, pienso que todas las mujeres que han pasado por mi vida me han dado un aprendizaje. – Lali pensó que era un bollito de pan, no tenía maldad, a diferencia de su padre. – Creo que la que iba rompiendo corazones eras tú.
- ¿Yo? – Justo después Lali se ríe, estaba muy equivocado o al menos de cierta manera.
-Bueno, vamos a cambiar de tema, que perdemos el tiempo. -En realidad no sabe si quiere saber la respuesta de la chica que tenía en frente. – Va, levántate que nos vamos. – Lali se sorprendió mucho, tanto que no dijo nada, solo encaró una ceja e inclinó un poco la cara, dejando en claro que no entendía a lo que se refería.
Él no le dijo nada, se levantó y abrió la puerta esperando que Lali saliese, en medio de ese estado de confusión ella se levantó de la silla y lo siguió, por un momento creyó que irían al jardín o a la terraza, pero él fue hasta la salida principal, y los secretarios le dejaron, de verdad que Lali no podía estar más perdida.
-Ehm, Peter, ¿sabes que yo no puedo salir? – Dijo, parada justo fuera de la residencia, pero muy cerca de la puerta. – Te puedes meter en problemas.
-He pedido un permiso. – Dijo muy tranquilo, se giró porque vio que Lali no se movía, para ella la última vez que salió de allí supo muy bien a dónde iba a ir, no tardó más de 72 horas en volver, y no fueron menos horas porque se estaba recuperando en el hospital.
-Creo que estás engañando a todos los de aquí y no eres psiquiatra, si no un loco. ¿Cómo vas a dejar que salga una suicida a la calle así por qué sí?
-Yo no he hecho eso, yo estoy dejando salir a Lali a la calle conmigo por una hora. – Ahí es cuando se acercó a ella, bastante como para que solo la escuchase ella, pero dejando cierta distancia entre ellos para que no fuese incómodo. – Y no te vuelvas a llamar suicida.
-Es lo que soy. – Dijo Lali muy segura, levantando los brazos.
-Eres muchas más cosas antes que eso. Y una de ellas es mi paciente, así que. – Ahí se alejó un poco y levanto el brazo, como si quisiese que Lali cruzará su brazo con él. - ¿Se viene a nuestra sesión? Es especial.
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SÁLVAME (LALITER)
RandomUn chico rico, con un padre horrible, no se parece nada a él, bueno, cariñoso, empático. Rehízo su vida muy lejos de él, pero una llamada de emergencia hace que vuelva y tenga que enfrentarse a su padre, al pasado que hizo que él dejase de ser él. ...