Suena el despertador del horrendo despertador que tienen en la residencia, era otro día más, pero no lo parecía, estar ahí dentro solo parecía una eternidad, un bucle de días iguales, con la misma gente, con los mismos pensamientos, con las mismas ganas de salir de allí.
La mayoría de los pacientes eran felices allí, algunas de las personas que han intentado despedirse de su vida lo han hecho buscando atención, así que ahí dentro le prestaban toda la atención que no habían tenido nunca, otras sentían que mientras estuviesen ahí, nada malo les podía pasar. Y otras (como era el caso de Bruno) se mantenían vivos en la residencia para no hacer sufrir a sus seres queridos, pero cuando la causa que te mantiene vivo es algo externo, todo se te hace más pesado, como cuando ibas a casa de tu abuela y no paraba de traer platos de comida y al salir parecías una bola yendo de un lado a otro.
Bruno se mira al espejo, aún habiendo dormido bastantes horas vivía con unas ojeras permanentes, aunque no le desagradaban, le daba un toque misterioso que él no tenía. Tenía todo su pelo negro por todos lados, parecía que tenía flequillo, esa era la señal de que tenía que pedir un corte de pelo urgentemente. Al despertarse, como la luz le es muy molesta hace que sus ojos color azul marino pasen a ser casi blancos, daba un poco de miedo por las mañanas.
Resopla y decide empezar el día, va a su ducha, está allí 15 minutos, cuando sale se peina, por lo general se tira el pelo para abajo, pero ahora que lo tiene tan largo prefiere hacerse una especie de tupé para que no le tape los ojos, los cuales vuelven a estar en su color natural. Mira en el armario y se pone lo primero que pilla, allí da igual como te vistas, total, no vas a salir a la calle.
Va dirección al comedor, se acerca a las cocineras y en vez de tomarse unas tostadas como siempre, esta vez pide un bol con leche y cereales, no tenía mucha hambre. Mira a su alrededor, buscando alguna mesa vacía, no tenía amigos ahí dentro, la persona más joven antes de él era Úrsula que tenía 18, pero aún así es 2 años menor que él, ninguno encaja su forma de ser. Vuelve a repasar todo el comedor, pero nada, todas las mesas ocupadas, había llegado tarde, así que decide que se va a ir a su habitación a comerse los cereales y luego traería el bol para limpiarlo.
Pero cuando se va a ir escucha su nombre, mira en dirección al sonido y ve a Lali levantando la mano, como diciéndole que se siente con ella. Estaba sentada también con Eugenia y Úrsula, se sorprendía como una chica tan joven había encajado con gente más mayor, él era incapaz. Decidió hacer caso a la invitación de Lali y se sentó a su lado.
-Pero bueno, hoy tenemos a un chico aquí, eres un privilegiado. – Dijo Úrsula en broma, pero Bruno no se río, no lo entendía, no sabía si se estaba burlando de él.
-¿Qué te cuentas pimpollo? Me han explicado lo del otro día. – Bruno se pone a pensar, ¿qué pasó el otro día? Ah sí, intento acabar con su vida, se estremece todo su cuerpo cuando lo recuerda, paso apenas hace unos días, pero no se reconoce.
-No tuve un buen día. – Empieza explicando. – Era la segunda vez que nadie me venía a visitar, mis padres no me soportan, no pueden creer que habiéndome educando en los mejores colegios, con la mejor gente, en un buen barrio yo haya llegado a intentar quitarme la vida. Se me acumularon muchas cosas. – Las tres se quedan en silencio, en realidad le entienden, pero no quieren equivocarse al hablar, todos allí son muy susceptibles.
-No sé lo digas a mi doctor porque me echa, pero me alegro de que no lo hicieras. – Dice Lali, muy sincera, no sabe por qué pero ha conectado con ese niño, él la mira. – Eres muy joven como para despedirte de la vida.
-Perdón que sea así de directo, soy un apasionado de la música así que sé quien eres. – Le dice Bruno, Lali asiente, piensa que en realidad no sabe nada de ella si solo se fija en lo que dicen las noticias. – Pero tú lo intentase a los 21, yo apenas tengo un año menos, ¿por qué dices que soy demasiado joven? – Lali respira más tranquila, agradece que no le hable sobre como las noticias decían que era una chica consentida, que solo bebía y se drogaba.
ESTÁS LEYENDO
SÁLVAME (LALITER)
RandomUn chico rico, con un padre horrible, no se parece nada a él, bueno, cariñoso, empático. Rehízo su vida muy lejos de él, pero una llamada de emergencia hace que vuelva y tenga que enfrentarse a su padre, al pasado que hizo que él dejase de ser él. ...