30. Otra vez

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-Entonces...- Dice Peter, después de un par de minutos de silencio. Se levanta del sofá y da unos pasos hacia delante, dándole la espalda a Lali, quien no ha levantado la mirada del suelo.

-Sé que Alicia es MUY amiga tuya. – Dijo, en tono irónico. Peter se da la vuelta y se cruza con los ojos de Lali, lo mira como nunca lo ha mirado, es una mirada de desprecio, de enfado y eso le mata a Peter.

Él resopla, se va acercando a ella y cuanto más cerca está, ella más desvía la mirada. Se pone de cuclillas delante suya, y le pide, sin palabras, que le mire, y aunque al principio hace un esfuerzo para no observarlo, conoce la insistencia de Peter y sabe que no va a ganar esta batalla. Al mirarlo lo ve tan cerca, ve esos ojos verdes que la hipnotizaron el primer día y le tiemblan las piernas, desde lejos aún lo puede soportar, pero los sentimientos no se pueden ocultar.

-Alicia es mi amiga, ha sido mi mejor amiga desde que me fui de aquí, fue la primera persona que conocí allí y la mantuve como amiga, nada más. – Lali se muerde la boca, la está mintiendo, otra vez, sabiendo que sabe todo. Peter se rasca la nuca, sabe qué está pensando Lali. – Escúchame por favor, era así, ella era mi amiga, pero no te puedo engañar. Siempre hubo sentimientos de por medio, pero no hicimos nada... hasta mi despedida, donde sí que me acosté con ella.

- ¿Y me querías engañar con eso? – Le pregunta, ya no está enfadada, está triste, desilusionada.

-No, no, mi am... Lali. – Agradece que haya sido tan rápido para corregir lo que iba a decir. – Ese día yo estaba muy borracho, no tengo recuerdos de esa noche. Me desperté al día siguiente desnudo y al lado de Alicia. Tenía el vuelo a primera hora de la mañana, ni siquiera me despedí, le dejé una carta. – Lali lo escucha atentamente, y aunque no lo quiere admitir, le gusta sentir a Peter otra vez tan cerca. – No quise herir sus sentimientos diciéndole que no recordaba nada. Pero eso no es excusa para no haberte contado todo.

Lali asiente, pero no dice nada, quiere dejar que se explique. Peter la sigue mirando a sus ojos oscuros, intentando ver algo que lleva tanto tiempo sin ver, cariño.

-Te lo iba a contar, cuando ella se fuera, para no herir a ninguna, pero entonces me empezaste a contar que no estabas muy bien y no quería que eso te afectase a tu salud mental. Hice mal, muy mal, lo siento. – Agacha la cabeza, con vergüenza, aunque él no lo vea, Lali lo sigue mirando, callada.

-Aunque está mal lo que hiciste, porque me lo podías haber contado el primer día que te lo pregunté... Entiendo que no me lo dijeses después. – Peter levanta la cabeza rápidamente después de las palabras de la chica de metro cincuenta, esperanzado, esperando que ese amor reviviese, pero ella no cambia su mirada. – Pero te fuiste, Peter. – Llegaba la parte más complicada, se levanta y se separa de Peter. – Me dejaste cuando más te necesitaba. – Tenía la voz rota y ya había algunas lágrimas que caían por su cara.

-Lali... - A Peter le mataba verla así. Empieza a caminar por el comedor, nerviosa.

-Y ahora me enteró que lo hiciste porque no cumplí con tu promesa. ¿Qué tienes 10 años o 25?

-Lo sé. – Se volvió a tocar el pelo, aunque su profesión requería de mucha conversación, muchas veces sentía que no era bueno explicándose. – Sé que tuve que actuar mejor, y debería haber sido profesional, he visto a mucha gente en tu lugar, hasta yo he estado en ese lugar. – Lali asiente, sabe que a Peter no le gusta recordar esa etapa de su vida, se odia por ello. – Pero no podía verte mal, fue cuando entendí por qué no podemos dar sesiones a nuestra familia, porque verte mal a ti me destrozaba, sentía que no estaba haciendo nada bien. – Esas palabras hacen que el corazón de Lali vaya a mil por hora, sabe que por mucho tiempo que pase, va a seguir teniendo esos sentimientos por él.

SÁLVAME (LALITER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora