7. Ojito Esposito

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-Y este es tu espacio, no es como una clínica, pero es suficiente para que usted y sus pacientes se sientan cómodos. – Le dice la directora de la institución justo al entrar al "despacho" de Peter, él mira hacia todos lados, es verdad, no es muy grande, pero no requiere de más.

-Es suficiente, muchas gracias. Por cierto, no me tutees por favor, solo tengo 24 años. – Ella asiente y Peter se ríe mientras se sienta en su silla, tiene muchos papeles encima, si todo eso es de lo que se va a encargar va a tener para rato.

-Su primera paciente es Mariana Espósito. – Peter la mira, le suena ese nombre, después busca entre todos los papeles a su primera paciente.

-Voy a tener que ordenar esto rápido, es un caos.

-Sí, apenas teníamos tiempo y le hemos dejado la información necesaria de los pacientes, el mapa de la residencia y los horarios que hay. Perdón por lo desordenado que está.

-No se preocupe, soy un obsesionado del orden, así que en cuanto tenga un tiempo me pongo a clasificar todo en los cajones. Entonces, ¿Cuándo tengo hora con Mariana?

-En 15 minutos, prepárese, Mariana es especial, es una chica de 23 años, es de las jóvenes de la residencia, viene de un pasado que parece un sueño, pero hay mucho detrás, ha tenido tres intentos de suicidio...

-Perdón que la interrumpa, sé que así me pone al día, pero me gusta que todo esto me lo expliquen ellos, cuando se sientan preparados, siempre se puede sacar algo en la forma en la que explican todo lo que les ha ocurrido. – Dice Peter muy seguro, lleva poco en el ámbito laboral, pero sabe cómo quiere tratar a sus pacientes, y no quiere estar condicionado por lo que le pueden explicar otras personas.

-Bueno si es eso lo que quiere. – Peter asiente. – Aunque así iría más adelantado.

-Esto no es un partido de futbol, no hay prisa, son personas y cada persona tiene sus tiempos. – Sabe que es su jefa, pero hay algo antes que el dinero y eso es la humanidad, y todas las personas que están trabajando en una residencia de prevención de suicidio tienen que tener muy en claro esa cualidad.

-Tiene carácter, me gusta, mientras no vayas contra mí. -Contesta Margarita, aun bastante joven parece que sabe llevar todo en orden. – Bueno le dejo ordenando esto, ya queda poco para que venga Mariana, vendré al final tu jornada para ver que tal ha ido. Suerte.

-Gracias. – Le contesta Peter mientras la directora ya está saliendo del despacho.

Peter mira el reloj, apenas quedan 5 minutos para que Mariana Esposito entre por esa puerta, así que decide limpiar el escritorio rápidamente, mira los nombres de los distintos pacientes y los pone en orden alfabético. Al acabar su turno irá a comprar carpetas para poner los informes de cada uno, tiene al menos 25 personas a su cargo, ve que tienen confianza en él y eso lo motiva, está preparado para hacerlo lo mejor que pueda.

Pero esa motivación empieza a decrecer cuando han pasado más de 10 minutos y no entra nadie por la puerta, ¿la habrán informado en que sala le tocaba ir hoy? No sabía si esto era un fallo de la residencia o de la chica.

Decide salir de su lugar de trabajo y va a secretaria, hay un hombre de unos 50 años, en estos dos días que ha venido le ha saludado con mucha amabilidad y le ha ofrecido a ayudarlo en lo que necesite, le recuerda a su chofer, le genera un sentimiento de familiaridad.

-José. – Le dice Peter, ya que el secretario está mirando al ordenador muy concentrado. Levanta la cabeza y se sorprende de ver ahí a Peter.

-Pero bueno Pedro, ¿usted no tenía sesión ahora? – Peter asiente, resoplando.

SÁLVAME (LALITER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora