Capítulo 5: Un No Equipo

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La tensión del momento era casi palpable, la desesperación, confusión y furia eran los pilares detonantes de la situación actual, dinamita cuya mecha había iniciado a quemarse desde días atrás, en su primer intento por coordinar sus habilidades el resultado desastroso comenzó como una chispa hasta convertirse en la actual guerra

— ¡Tienes que reaccionar más rápido! —Demandó en un grito la cazadora esquivando los ataques de uno de los gigantes cíclopes de cuatro brazos quien no cesaba en sus intentos por aplastarle— ¡¡haz algo, joder!!

— ¡Estoy intentando! —el humano se encontraba exasperado intentando canalizar magia a través de sus gemas de bajo rango. Sus prácticas anteriores habían terminado con la ruptura e inutilidad de las gemas, su control precisaba de gemas de más alta gama que no podía costearse aún. Con libro en manos, esquivando con saltos laterales y apoyo de hechizos de viento, el humano intentaba concentrarse en encontrar una manera de retener al gigante que lo intentaba comer— ¡Necesito tiempo!

— ¡No cuentes con ello! —grito en medio de un desesperado forcejeo la habitante del mar quien luchaba por evitar que el gigante cerrará su mandíbula y le matará en el acto, sus brazos ardían y sus piernas temblaban, el más pequeño desliz y se convertiría en aperitivo. Estaba inmovilizada.

— ¡Intenta sacarla! —ordenó Kia apuntando y lanzando su cuchillo en dirección del gigante que intentaba comer al usuario de magia, logrando acertar el ataque en el único ojo de la bestia, quien grito ante el dolor y detuvo su persecución intentando sacar el objeto agresor de su sangrante ojo— ¡¡YA!!

Con la posibilidad de detenerse, Vipmon se centro en su libro y tomó el amuleto de esmeralda para conjurar un brazo de tierra que emergió del suelo e impacto contra el cíclope que agredia a Nerédin, logrando derribarlo y permitirle liberarse con un salto impulsado para atacar por la espalda al cíclope que intentaba asesinar a Kia, afectando su equilibrio para hacerlo tambalear y caer sobre sus rodillas.

— ¡¡Paksaghata!! —grito el humano extendiendo su mano libre en dirección de los dos gigantes caídos, quienes fueron rodeados por un aura naranja que les impidió moverse más.
Para su desgracia, el ahora ciego cíclope restante aún tenía posibilidad de moverse, no dudando en seguir sus instintos y comenzar a pisotear en donde creyó se encontraba el mago— ¡Necesito ayuda aquí! —necesitaba mantenerse concentrado para que el hechizo no se rompiera y los dos gigantes fueran liberados, no podía hacerlo estando escapando.

— Aun tiene mi cuchillo en su ojo —murmuró para si misma Kia, intentando buscar una manera de llegar hasta el rostro de la bestia. Su ingenio le brindo una idea al notar a la habitante del mar arremeter contra los pies del gigante intentando alejarlo del humano y, con suerte, derribarlo— funcionará.

Apresuró su carrera en dirección de Nerédin, no advirtiendo de su idea y tomando como punto de apoyo su espalda para impulsarse y llegar hasta el pecho de la criatura, luchando por escalar y evitar los golpes que este se daba intentando eliminarla, finalmente logró llegar hasta donde su cuchillo, tomándolo y apuñalando en repetirás ocasiones la zona sensible, esquivando los nuevos intentos de derribarla mientras continuaba su labor de atacar todos los puntos vitales.

La criatura recibió un fuerte impulso que lo llevó a caer, permitiéndole a la cazadora recuperar su arma y bajar del cuerpo derribado, encontrándose con las piernas del ser con heridas desagradables que no paraban de sangrar, mostrando musculo y parte del hueso de una rodilla.
Nerédin respiraba con agitación, apoyándose sobre sus rodillas intentando recuperarse del ataque efectuado.

— ¿¡Ya terminaron!? —cuestiono con desespero el varón que continuaba luchando por mantener su barrera de control sobre los otros dos enemigos, sus sentidos de alerta se encontraban en niveles elevados al notar la formación de pequeñas grietas en las gemas que se encontraba utilizando, no dudaba que estas fueran a romperse en poco tiempo— ¡Estamos en situación crítica!

Lands Of DreximDonde viven las historias. Descúbrelo ahora