Lands Of Drexim

Capítulo 40: Infratierra

Atravesar aquella puerta se agregó a su larga lista de decisiones impulsivas con resultados desagradables que maldeciría en el futuro, siempre y cuando fuera capaz de mantenerse con vida.

El trayecto a través de la puerta le llevó a experimentar sensaciones extrañas por todo su cuerpo, llevándole a creer, por momentos, que su existencia misma era una ilusión, que su cuerpo no era real y solo rea una idea abstracta de un plano desconocido. Estiramiento, compactación, desvanecimiento y regeneración, procesos opuestos y complementarios que escaparon por completo de su entendimiento. Comparado al limbo, aquello era, por supremacía, más desagradable e inquietante, algo que esperaría jamás tener que repetir en esa y sus futuras vidas siguientes.

Cuando finalmente su cuerpo impactó contra tierra firme, no le fue posible encontrarse a si mismo preparado para reorganizar su mente y existencia misma, debiendo reaccionar con sus instintos para evitar las ráfagas de ataques propiciados por exiliados que se encontraban en la zona, quienes no dudaron en atacar como un gran ejercito en contra del desorientado humano que trabajo su magia para esquivar, protegerse e intentar asimilar su nuevo entorno.

Todo aquel lugar gritaba demencia absoluta, cielo de brillante color purpura y destellos índigos que se unían en un lenta espiral que pareciera consumirlo todo, embriagando a sus espectadores con los sentimientos de pequeñez, mareo y desconcierto. La tierra bajo sus pies sería una de las numerosas islas levitantes que evitarán su destino con la muerte inminente con el océano de lava y fuego que reinaba por debajo de ellos, tan profundo que su calor en la superficie fuera apenas perceptible desde su posición, junto al desolador e infernal escenario, una gran puerta casi totalmente cerrada se mostraba a sus espaldas, su único enlace con su mundo.

Sus energías flaqueaban con alarmante crecimiento, sus sentidos, aun aturdidos por el extraño viaje al que se enfrentó y el nada agradable recibimiento que recibió evitaban que logrará concentrarse para ejercer sus ataques más fuertes, limitándolo a reaccionar de forma impulsiva para evadir y protegerse.

Sus ojos miraban con desesperación los alrededores, intentando calcular el numero de enemigos que se acercaban, y luchando por encontrar una corriente de energía a la cual mantenerse para evitar más desgaste de sus reservas, horrorizándose al no lograr divisar corriente alguna en aquella zona, valiéndose únicamente de la que aun podía tomar del otro lado de la puerta.

— Esto es una pesadilla —Se lamentó, manteniendo el uso en hechizos de bajo rango para alejar a las criaturas que se acercaban a su posición, así como repeler los ataques propiciados por enemigos en la distancia.

El ejercito incrementaba sus cifras, los ataques adoptaban nuevas secuencias que le resultaban complicadas de lograr repeler, obligándole a encerrarse a si mismo dentro de una esfera de protección en un desesperado intento por preservar su seguridad, un sentimiento que desapareció con rapidez al divisar dentro de aquella horda de atacantes la presencia de Espectros, seres atraídos por la energía que pudieran consumir de otros y que, no dudaba, hubieran sido atraídos por él.

Ideando un nuevo plan, expandió su escudo de protección, ganando más distancia de seguridad con los enemigos, para rápidamente emplear sus hechizos de elemento viento y alzarse a los cielos, intentando alejarse aun más del enfurecido y desquiciado ejército, terminando por ser victima de un ataque directo de una criatura de roca con alas que había logrado tomarle desprevenido, causando su apresurada caída de nuevo a la tierra con sentidos nuevamente aturdidos y dificultades para reponer el oxigeno perdido de sus pulmones.

Sus instintos de supervivencia fueron suficientes para ayudarlo a conjurar de nueva cuenta la esfera de protección, mientras el se esforzaba por recuperarse de la caída e idear un nuevo plan.