Capitulo 12: Búsqueda Y Captura

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El punto de encuentro para los cazadores fue, como era de esperarse, una zona cuyo acceso era difícil y oculta a la vista de todos aquellos no entrenados para encontrarle. Una serie de pasadizos por la ciudadela, escalada y descenso por algunos edificios y finalmente encontrar el sello secreto que sólo permitía el acceso a quienes conocieran la palabra clave.

— Es divertido cuando eres novato, cuando ya tienes tiempo en esto se convierte en algo absurdo e innecesario —comentó con una sonrisa Geráki al descender del último tejado y detenerse frente a la pared donde se encontraba oculto el sello de acceso.

Kia aterrizó segundos después, sacudiendo su cabello y masajeando sus hombros, poco más de un mes sin tener que hacer aquellas acrobacias bajo el ataque de un enemigo.

— Es molesto —secuenció la mujer al continuar su camino hasta el sello, esperando con impaciencia al elfo para que ingresará el código.

Cada par de semanas se realizaban reuniones entre los cazadores para compartir sus cacerías y hazañas, los informantes repartían información para los interesados en volverse cazarrecompensas, se realizaban celebraciones a los novatos y premiaciones, en su mayoría de armas, armaduras y objetos de mejora para las habilidades, para aquellos quienes llevasen el reporte más grande de cacerías logradas. La competitividad en aquellos ambientes era casi palpable.

El código fue conjurado y la ilusión que protegía la pared fue desecha, permitiendo divisar una escalera descendente por la cual ambos ingresaron.

El sonido de música y buyicia no tardo en hacerse notar, cazadores, de distinta raza, porte y apariencia celebraban con tarros de alcohol sus victorias, otros realizaban competencia de tiro con flechas a pulso con la ya desgastada diana de tiro, torneo de fuerza física en combates a una sola mano o simplemente conversando. La música, que sonaba con un único intérprete que manipulaba todos los instrumentos mediante hechizos, mantenía el volumen suficiente para permitir el diálogo y la escucha atenta.

— ¿Por qué siempre tiene que terminar pareciendo esto una maldita taberna? —se quejo con desagrado Kia al continuar su caminata en dirección al gran mural de anuncios.

— Porque algunos pueden estresarse en sus cacerías, esta es su manera de liberar toda la presión —explico con calma Geráki, saludando a los pocos rostros conocidos que le devolvían el saludo.— No todos son tan obsesivos y amargados con su trabajo.

La mujer le miró durante un par de segundos con rostro ceñudo antes de regresar la vista al cartel cubierto, aquel donde se daban a conocer las presas nuevas por encomienda, recompensas y, las preferidas de muchos, aquellas con recompensa por muerte. Generalmente las últimas representaban una gran dificultad para encontrar, perseguir y asesinar a quien fuera señalado pero conllevaban a grandes pagos en oro y crecimiento en prestigio entre los cazadores.

— Si esta cubierto, quiere decir que el informante aún no está presente —comentó, con intensiones ocultas, el elfo varón. Mirando de soslayo la improvisada pista de baile que se encontraba frente a los instrumentos de música— Tendremos que esperar.

Kia comprendió sus intenciones, sonriendo con burla.

— Claro, muero por un trago —comentó antes de encaminarse y tomar posesión del asiento más cercano, sonriendo en sus adentros al notar la mirada de decepción en Geráki, quien sólo imitó su actuar y tomó asiento en el lugar frontal a ella.

Un par de segundos después una desaliñada arpía de mirada penetrante llegó a su mesa para tomar la orden de los pedidos.

— Ron, almíbar y piña —solicito la mujer, mirando expentante al elfo quien se negó a beber alcohol.

Lands Of DreximDonde viven las historias. Descúbrelo ahora