Compañeros de viajeONI
Nos introducíamos más en el bosque, pero por más que intentáramos despistarlos entre los altos árboles, ellos seguían consiguiendo encontrarnos. Era imposible despistarlos. El entrenamiento estaba dando su fruto.
Vianey y yo nos separamos para dividirlos. Esperaba que eso sí lo hubiésemos logrado. Lo que me preocupaba era el leve problemilla de que el plan estaba ideado para que estuviésemos juntas en todo momento... y eso se había roto.
Seguí corriendo. Sabía que al menos una parte de ese grupo me seguía. Aunque serían menos y sería más fácil contraatacarlos si llegaban a alcanzarme.
De repente, una figura apareció ante mí. Mi corazón dio un vuelco. Frené en seco, a punto de caerme y darme un buen golpe contra el suelo. Mantuve el equilibrio y me enderecé con las manos en alto para disparar mis poderes.
Entonces, bajé los brazos de golpe, aunque estando muy alerta. Podía ser una trampa.
La figura era Tobías, se hallaba justo delante de mí, a unos cuantos pasos.
- Oni- me dijo-. Me han dicho que te atrape y...
- No te acerques- ordené, alzando los brazos-. No pienso volver. Sé que estás con ellos. Y me caes muy bien, así que no quiero hacerte daño. Vete. ¿Hay más o solo estás tú?
- Solo yo. Bueno, no, mentira. También está aquí Aarón.
Aarón salió de detrás de un tronco. Se cruzó de brazos. Su cabello, como me había explicado una vez Tobías, era exactamente igual que el agua. En él se reflejaban las hojas de las copas de los árboles y el azul del cielo. Era precioso. Pero no era el momento de admirar esa maravilla de pelo.
- Pues tenéis que volver de donde habéis venido. No quiero luchar en esa batalla. Yo no quiero ser la mala de esta historia. Ni ninguna de mis hermanas- aclaré, actuando como si estuviese dispuesta a desintegrarlos cuando en realidad no era capaz.
- Lo sé... Yo... - la tierra se atropellaba con sus propias palabras. Alcé las cejas-. Yo tampoco quiero. A mí tampoco me parece bien. Nada bien. Me voy contigo- afirmó, irguiendo la espalda.
- ¿Qué? – dije perpleja, con un hilo de voz. Dejé caer mis brazos-. ¿En serio? – le pregunté. Creía que iba a estar sola. Creía que no iba a tener a nadie a mi lado. No me sentía capaz. Vianey se había ido, Indra también, ¿qué iba a hacer yo ahora, entonces? ¿Qué debía de decirles? ¿Qué ni en broma, porque los pondría en peligro? ¿O lo aceptaba y dejaba que se unieran más a la causa?
- Si tú te vas, yo también me voy- respondió él.
- Van a ir a por vosotros.
- También están yendo a por ti. Si permanecemos juntos, lucharemos con más fuerza.
- No quiero poneros en peligro.
- Estamos en peligro desde que despertamos.
- No quiero que te hagan daño, Tobías. Son muy poderosos, esto ha sido una estupidez- los ojos se me cubrieron de lágrimas. De repente, toda aquella emoción, todos aquellos sueños de ser una heroína como los protagonistas de todos los libros que había leído, toda esa esperanza que tenía en mí, todas aquellas ilusiones se vinieron abajo como una muralla destruida desde la base-. No soy una heroína. Soy débil y mi ojo causará más problemas. Este parche, este maldito parche. Acis me había dicho que estas discapacidades hacían más fuertes a los héroes y ahora él está allí dentro con todos esos monstruos, herido de quemaduras graves- me temblaba tanto la voz que ni siquiera sabía si él me estaba entendiendo. Pero el sermón iba más para mí misma que para él-. Y ahora os estoy metiendo a vosotros en todo esto y no quiero. No quiero que os pase nada- ahora sí, estallé en lágrimas. Me di la vuelta para que no me vieran.
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QUIEN HACE CRECER LAS FLORES || TERMINADA
FantasyCuatro estaciones. Cuatro elementos de la naturaleza. Un mundo contaminado y una humanidad en vías de extinción. Un ser misterioso que se esconde tras las sombras. El reloj gira en dirección contraria y se acaba el tiempo, pero ¿son ellos los que e...