Vuelta al comienzo
La manilla de un reloj frenó y este comenzó a sonar. Se hallaba encima de un escritorio. El reloj fue callado por una mano que cayó sobre él.
El Jefe se encontraba sentado en su silla, muy relajado. Ya se había acabado, otra vez. En aquellos momentos Pol ya estaría despertando en otro sitio y sabía que tendría que ir preparándose para encontrarse con él y volver a repetir todo lo sucedido.
El Jefe solo quería dispersarlos a todos, pues entonces no eran tan fuertes y su equipo liderado por la contaminación siempre ganaría.
Dentro de media hora entraría Caín por la puerta. El Jefe esperó sentado, muy tranquilo. Ya nada podía salir mal. Una vez más, lo había conseguido.
Caín llegó justo en los minutos indicados y abrió la puerta bruscamente. Tenía el brazo quemado, seguramente obra de la luz. Venía hecho un desastre, como siempre: malherido, cojeando y con cara de querer matarlo por haberlo hecho pasar por eso, teniendo en cuenta que lo había hecho una y otra vez, no sabía cuántas.
Caín dejó un montón de papeles sobre el escritorio con un movimiento brusco y violento.
- Ya está, se acabó. No hay más guion. Y están todos sueltos, por ahí fuera. No hemos conseguido atraparlos- explicó Caín, retorciendo las facciones de su rostro en un gesto de dolor, sujetándose el brazo-. Además, Dan ha muerto, y eso no constaba en el papel. Tampoco ponía nada de que al final sería el gemelo de Hugo quien se convertiría en híbrido y menos que al encontrar los templos bañados en sangre mandaran a Aarón a buscar ayuda. Tuve que ir corriendo a detenerlos con Indra inconsciente en mis brazos, y entonces estalló la luz. Casi me muero.
- Al final... no moriste, ¿cierto? Además, fue una idea estupenda eso de ponerlos nerviosos poniendo sangre falsa en esos templos, Caín. Así no lucharían igual de concentrados.
Caín se quedó en silencio, con la mirada cargada de odio.
- Hay cosas que es mejor no saber- se limitó a decir después el Jefe, con la voz distorsionada por la máscara blanca que llevaba-. Te dije que confiaras en mí, pues no te pasaría nada. Eres mi peón más importante.
- Oh, gracias a la Madre Naturaleza que soy tu peón más importante, me has alegrado el día- escupió Caín con sarcasmo.
- Caín... Me voy a ir. No hay más guion, porque se ha acabado el bucle. Lo dejo todo en tus manos.
- ¿De qué hablas?
- Tengo trabajo que hacer, a unos cuantos años atrás. Por no decir cientos. Tengo que ver que el comienzo del bucle va bien, aunque siempre va perfecto.
- Ya, lo que tú digas. Pero ¿nosotros qué haremos aquí mientras? Las estaciones y los elementos siguen sueltos, se han vuelto a dividir y han escapado.
- Muy fácil- comenzó contando el Jefe-. Acabad primero con Indra y Vianey, pues vienen hacia aquí, las tienes cerca, Caín. Estarán a cinco minutos ya. O a lo mejor a tres. Luego, exterminad a los elementos y a las estaciones antes de que comience la primavera dentro de un año siendo exactos. Y cuando terminéis con ellos, vosotros debéis volver a dormiros, después de que Tesira haya utilizado su tsunami de metros y metros de altura para acabar con la humanidad.
- Así, dentro de un año en mi línea del tiempo y en la vuestra de ahora mismo- siguió contando el Jefe, jugueteando con el reloj entre sus dedos-, volveré a despertaros a todos, volviendo al mismo año en el que os desperté, hará dos ya. Os volveré a entrenar, no os acordaréis de nada, ninguno, pues cuando dormís no tenéis la capacidad de recordar, no sois personas.
- Así que lo tienes todo milimétricamente calculado, para que se vuelva a repetir una y otra vez- resumió Caín, entrecerrando los ojos-. ¿Por qué? - exigió.
- Porque así, yo puedo destruir la Tierra sin que ningún elemento, ninguna estación, y menos Pol, lo interrumpa o estorbe, ¿entiendes? Además, es divertido ver cómo gano siempre.
- ¿Y si no funciona? ¿Y si algo falla? ¿Y si algo se va del guion?
El Jefe entrelazó los dedos sobre la mesa y se inclinó para quedar más cerca de Caín, quien no movió ni un músculo.
- Nada falla nunca, pues jamás ha habido un solo fallo- respondió el Jefe, tajante-. Ningún error, ningún tropiezo. El guion es perfecto. Tanto, que sabía que me ibas a preguntar esto. Esta misma conversación... ya la hemos tenido antes, Caín. Así que no te preocupes. Todas las veces tenéis de sobra para acabar con los seres bondadosos que escaparon y eliminar a la humanidad.
Caín no dijo ni una palabra más. El Jefe asintió.
- Ahora, me debo ir. Yo soy el único que puedo despertar cuando quiero y viajar a cualquier momento del eje cronológico de este planeta- el Jefe se levantó y se puso en pie, alisándose su elegante gabardina.
- Es porque eres la radiactividad, ¿cierto?
El Jefe permaneció en silencio. De hecho, ni siquiera contestó a la pregunta.
- Espera... Perdona, Caín- dijo el Creador, alzando el dedo y con mucha educación-. ¿He dicho que soy el único? Un error mío, no volverá a ocurrir. Si fuera el único, entonces este bucle no se podría repetir. Me corrijo.
El Jefe guardó unos segundos de silencio antes de afirmar:
- Pol y yo, somos los únicos.
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QUIEN HACE CRECER LAS FLORES || TERMINADA
FantasyCuatro estaciones. Cuatro elementos de la naturaleza. Un mundo contaminado y una humanidad en vías de extinción. Un ser misterioso que se esconde tras las sombras. El reloj gira en dirección contraria y se acaba el tiempo, pero ¿son ellos los que e...