CAPÍTULO 6

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Elige bando... aunque ni siquiera hay tiempo para eso





ONI








Pasó un mes. ¡Un mes! Y se suponía que la huida iba a suceder en la misma semana en la que me dijeron que ya podía entrenar. Yo era clave en la escapada, ya que no estaba tan vigilada como los que entrenaban. Podía ir al baño cuando quisiese, lo cual era una fase muy importante en el plan. Pero todas esas ventajas habían desaparecido en el momento en que me habían aceptado como una más en el entrenamiento. Así que debíamos arreglárnoslas, de una manera o de otra teníamos que salir de allí cuanto antes. Porque cuantos más días pasaban, más se acercaba la batalla. Sabíamos que ganaríamos... Y no queríamos. Lo que íbamos a hacer estaba mal, y debíamos parar al Jefe, a Caín y a su grupo.

Lo que pasaba era que... Bueno... Yo ya no estaba tan segura de querer irme.

El entrenamiento estaba siendo muy duro, sí, pero era lo más divertido que me había pasado en la vida, o por lo menos, desde que desperté. Tobías y Aarón eran geniales, cada uno a su manera, y no había día en el que pasara algo que nos hiciese reír. Yo... me sentía bien. Y por eso, Vianey e Indra ahora me miraban con sospecha.

Un día, mis hermanas me contaron el plan nuevo. Era casi perfecto. Había muchísimas probabilidades de poder conseguir escapar de allí.

E íbamos a ponerlo en práctica esa misma tarde.

Me hallaba entrenando con los dos de siempre. Aarón estaba apoyado en la mesa, movía los dedos, controlando unas figuritas de agua que parecían tener vida propia. Luchaban entre ellas.

-          Eso es tener control sobre tus poderes- me explicó Tobías, señalando a Aarón con el dedo gordo. Pero el agua no parecía darse cuenta, estaba totalmente concentrado o igual estaba pensando en otra cosa. Aparentaba estar incluso aburrido.

-          Voy al baño- dijo Aarón repentinamente, e hizo que los dos soldaditos de agua explotaran. Me saltaron gotas de agua a la cara y me reí.

-          Vale, pero...- contestó la tierra.

-          Que sí, que sí. Vuelvo dentro de poco- lo interrumpió, y se fue con paso calmado.

Tobías suspiró.

-          ¿Qué pasa? Solo va al baño- le dije, confundida.

-          No... no, llevo ya unos días sospechando que no va al baño.

-          ¿Entonces...?

-          Creo que va a otro sitio y... bah, da igual. Vamos, Oni. Tienes que aprender a controlar bien tus poderes y no lanzarlos con tanta brusquedad.

-          No lo entiendo. Yo ya los controlo.

-          No. Mira, ¿eres capaz de desintegrar solo una parte de esta hoja de papel? – me preguntó. Hice como si pensara. Él puso los ojos en blanco-. Eso es un no.

-          ¿Y para qué querría saber hacer eso? Si quiero desintegrar algo, pues lo desintegro entero.

-          Nunca sabes lo que te ocurrirá o te pasará, tienes que saber hacer de todo. Y también usar tus poderes sin hacer tantos gestos, porque...

-          Sí, sí, lo pillo- suspiré.

Se le escapó una pequeña sonrisa.

-          Bien- dije. Me coloqué delante del papel que él sujetaba con el brazo extendido.

QUIEN HACE CRECER LAS FLORES || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora