CAPÍTULO 16

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Voy a por ti, Acis.





INDRA






Dan se había ido detrás del ataúd con sus amigos.

Aproveché el momento y corrí hacia los barrotes. Volví a meter mi dedo en la cerradura y a rellenarla de hielo hasta tener una copia exacta de la llave. Lo conseguí en segundos. Saqué la llave con esfuerzo, porque se había quedado algo pegada. La tenía. Le di forma para que no me costara girarla y la volví a meter en la cerradura.

La puerta se abrió. La empujé hacia fuera con cuidado para no hacer ruido. Y salí.

¡Salí!

Iba a correr para huir, pero repentinamente, escuché un sollozo. Y un sonido de cadenas moviéndose con fiereza. Era como si... como si tuvieran a alguien encarcelado y encadenado. Corrí sin dudarlo en la dirección de esos sonidos y llegué a una sala. Abrí la puerta de madera con cuidado.

Me llevé una mano a la boca cuando lo primero que vi fue una guillotina manchada de sangre en la cuchilla. ¿Y si estaba todavía la cabeza de Acis ahí tirada? ¡No, no! ¡No podía ver eso! Me di la vuelta para irme con el corazón en un puño...

- ¿Indra? – escuché en el interior de la sala. Me di la vuelta.

- ¿Felipe? – farfullé, cuando lo vi encadenado en la esquina del fondo, la que más sombra albergaba de todas-. Felipe- pronuncié su nombre con una profunda rabia. Felipe ni siquiera me miraba a los ojos, solo veía sus largas pestañas apuntando al suelo. Su frente quedaba al descubierto, enseñando una terrible herida que todavía se encontraba abierta. Y su ropa ya no eran más que trapos rotos. La única luz que había era tenue y débil, y emanaba de su cabello.

- Indra... Indra, lo siento. Si no lo hacía... - comenzó a farfullar.

- ¡Te has hecho pasar por Vianey y me has engañado para que se lleven a Acis! – exclamé, con el tono más bajo que pude para que no me oyesen. Noté que se me acumulaban lágrimas en los ojos-. Eso no está bien... Has jugado con mis sentimientos. ¡Ya sabes que quiero muchísimo a Vianey, es mi mejor amiga, es como una hermana para mí, ¿recuerdas?! ¿Y si te digo que he visto un ataúd pasar por delante de mis narices con Acis dentro? – vi cómo una lágrima cayó de uno de sus ojos y golpeó el suelo. Decidí relajarme un poco porque nunca lo había visto así, pero no podía... no podía quedarme callada-. Así que con esto ya van dos cosas, Felipe, sabes que nunca olvidaré cuando solo estábamos Caín, tú y yo. Te fuiste... Te fuiste y me dejaste sola con Caín, cuando Oni no podía salir de su habitación... Desapareciste sin decir ni una palabra...

- Indra, no tenía opción... si no lo hacía...

- ¡¿Qué?! ¡¿Si no lo hacías, qué iba a pasar?! ¡Si eres su favorito! El fuego... lleno de descontrol y odio... ¡¿Qué te habrían hecho?! ¡¿Te habrían dado una pequeña bofetada como castigo?! ¡¿Habrían...?!

QUIEN HACE CRECER LAS FLORES || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora