¿Recuerdas de tu canción favorita? ¿La que cantamos esa noche...?
Si te veo de nuevo,
Te miraré a los ojos y
diré que te extrañé.
En un recuerdo extasiado
está lloviendo cuando baile sólo
Pero cuando esta niebla se despeje
estaré corriendo con mis...
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Todo se había vuelto aburrido y no había dudas, habían pasado todo el día encerrados en sus respectivos cuartos del hotel porque la tormenta les tomó de improviso y las rutas ahora estaban cerradas y no podían movilizarse. Jimin pasó molestando a Heejin toda la tarde. Como un niño irresponsable e inmaduro, la llamaba solo para decirle que la extrañaba y lo mismo pasaba con Wheein; Las mujeres ya estaban por poner locas de tantas llamadas en un día.
—¿Cómo que me rechazaste porque Moonbyul te invitó a salir con ella esta semana? —Ohh, ¿Te enteraste? —Ni modo, tonta. En fin, cuéntame el chisme. ¡Apresúrate! —Moonbyul me pidió salir... e incluso ahora estamos juntas, nos vamos mañana a casa y...— ¿Ya hubo besito? —El rostro de Wheein se puso en completo color rojo y Jim solo se rió a carcajadas. —¡Hasta que, al fin, Wheein! Ya era hora. Dios me bendiga a mi para que me den una novia. —A ti nadie te va a querer, Jimin. Eres demasiado cargoso y tonto. —¡Ay, Wheein! Déjame que nos veamos otra vez y ahí nos vemos. —¿Ya ves? Eres escandaloso. Estás con Min, ¿verdad? —Jimin solo asintió. —Ten muchísimo cuidado con él, ¿sí? Mira que antes te hice muchísimo daño... es raro que se acerque a ti de la nada con el plan de ser tu amigo... —Lo sé. En realidad, no tengo idea de que quiera conmigo, pero te agradezco que estés preocupada por mí. Cualquier cosa te estaré avisando. —Ok, bebé. Te llamaré después. Mi Lunita está esperando por mí. ¡Adiós!
La llamada terminó, Park Jimin se quedó nuevamente en silencio. Revisaba sus redes sociales y no había nada más que estupideces. Escuchó como su puerta era tocada, se levantó de la cama con rapidez para abrir la puerta, no esperó toparse con Namjoon que lo miraba con un aspecto horrible. Ojeras debajo de sus ojos, sudor en su frente, pálido. —¿Qué tienes, ton...-
Kim Namjoon se desplomó sobre el cuerpo de Jimin, con fuerza pudo tomar el cuerpo ajeno con completa preocupación, el rubio le llamaba por u nombre una y otra vez y este no lograba responderle una sola palabra. El menor lo llevó hacía la cama y lo recostó ahí, su mano fue llevada hasta la frente del muchacho, limpió su frente de los cabellos que le cubría. Él estaba hirviendo, tenía fiebre.
—Eres tan débil para resfriarte por estar en la playa... a buena hora sabes que mamá es doctora... —susurró. Tomó acciones rápidas y buscó un par de prendas que no utilizara y las mojó para dejarlas sobre la frente de este, y la otra, fue pasada por los brazos, manos y piernas del mayor. Había silencio... y el muchacho apuesto que tenía en frente suyo.
Se tomó segundos nuevamente para apreciar el rostro del más alto, su dedo pulgar empezaba a acariciar sobre el aire el rostro de Namjoon y justo en la parte de sus labios se quedó un instante, pensando en si tocarlo o no tocarlos...
Él recapacitando de sus actos, decidió levantarse y quitarse de allí antes de cometer una locura. Así que salió de la habitación con las manos sobre su pecho y la mente hecha un lío. Podía a dejar a Namjoon ahí mientras iba a verificar si su habitación estaba completamente cerrada.
