XXIV

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Wheein observaba por la ventana, estaba sentada en un pequeño banquito con el rostro recostado sobre sus brazos que descansaban en los bordillos de la ventana. Un sonoro suspiro llamó la atención de su hermano Hoseok; este se sentó a su lado, acarició de sus cabellos azules, consolándola de los pensamientos que la traían aturdida.

—Estoy hecha un desastre Hobi. Ni siquiera sé que pensa, decir o hacer... —nuevamente el suspiro se escuchó en la sala de estar, el joven de cabellos rojos se rió de la acción que su hermana menor hacía inconscientemente.

—Solo manten la calma, una vez leí en un libro una frase que me gusta mucho... ¿cómo era que decía...? —El joven fingió pensar cuales serían sus próximas palabras. —... cierto, pasito a pasito como pasitos de pingüinos. * —

—Le conté a Jimin sobre el tema de que me iré contigo, él... no sé si sea buena idea, él me preocupa mucho, él y yo somos tan unidos y lo conozco muy bien, sé que... si lo dejo solo él...-

—No te estreses Wheein, él y tú son unas personas adultas ya, tal vez es cierto que es la primera vez que se separan, pero debes entender que no toda la vida vivirán uno al lado del otro, apuesto mi vida a que él estaría feliz de ver que buscas tu propia paz, tu propia luz y que no te abstendrá a hacerlo. Él estará bien, así como tu estarás bien... ambos necesitan encontrar su propio camino y ambos están dañados, deben buscar su propia sanación. Tu me tendrás a mi y él tendrá lo más preciado que tiene que es su madre. — besó el cabello de su hermana y seguía dejando caricias en los cabellos de color azul de la femenina. — ¿me entendiste cariño?

—Lo entendí, Hobi. —su mirada se detuvo en la figura delgada de una femenina, cabellos purpura, y una vestimenta al estilo tomboy con pequeños detalles femeninos. —... hace ella aquí...? — susurró casi para si misma, su hermano apenas pudo oír lo dicho y se quedó en silencio, viendo como el cuerpo de la peliazul se tensaba. —

—¿Está todo bien? —preguntó él. Mirando donde miraba su hermana. —... ¿la conoces? —Wheein asintió levemente con su cabeza. — ¿debería invitarla a pasar?

—Iré afuera, debo hablar con ella... —se levantó con rapidez de su puesto. —No mires por la ventana, Hoseok. No seas chismoso. —señaló ella. —

—Me ofendes muchísimo, hermanita. —él ríe. La muchacha desaparece apenas cruza la puerta de salida, se encaminó hasta la mujer de cabello purpura, llena de nervios, tratando de vocalizar bien lo mejor que puede.

Exhala por su boca y toca el hombro de la mujercita.

—...Hola... Moonbuyl... — dijo con nerviosismo. Tartamudeando las palabras, jugando con sus dedos, sus mejillas sonrojadas y la expresión de arrepentimiento en su rostro. —

—Hola, Wheein. —...Saluda la de cabellos morados, acercándose a la femenina de cabellos azules, con timidez besó la mejilla derecha de la más baja. Habían acostumbrado a ese tacto, desde el primer día en que salieron para empezar a conocerse. —... ¿Cómo has estado? —preguntó ella. —

—Avanzando, ya sabes... life goes on —Jung Wheein se rie, logrando sacarle una pequeña risita que ya extrañaba. —¿Qué haces por aquí? —

—...Ahh, vine a traerte unas cosas que dejaste en mi casa... antes de que pasara todo esto... no sabía cuando era bueno dártelas, pero hoy me atreví. —dice Moon, quitó la maleta que colgaba en su espalda, y sacó un par de libros de romance, una camiseta de dormir y una rosa roja preservada guardada en una capsula, adornada con pequeñas ramitas a los lados. —

—Gracias, Moonbyul. —dijo con timidez, tomó sus pertenencias y le regaló una sonrisa ligera. —

—No hay de que. Entonces, me iré. —La chica más alta, deseaba con todo el corazón que ella la detuviera, le pidiera disculpas y que se dieran la oportunidad nuevamente. Ella sabía completamente de sus sentimientos, y al parecer la chica de sonrisa bonita, sentía lo mismo.

Por otro lado, Wheein sabía que, si la detenía, le iba a dar todas las esperanzas del mundo, pero no podía dañarla dos veces. Así que cayó, tal vez no era el momento para enamorarse, tal vez no era el tiempo para poder amarse, era el tiempo equivocado. La vio marcharse, su pecho se apretujaba, las lagrimas quería escapar de sus ojos. Vio la flor que ella le regaló en la primera cita, ese y los momentos bonitos que pasaron, eran los únicos recuerdos que se llevaría con ella.

Pero...

—¡Moonbyul! —la pelimorado se volteó enseguida, apenas oyó el llamado. —¡Cuídate mucho! Tal vez... en un futuro nuestros hilos rojos se crucen de nuevo, y podamos ser felices como queramos... —gritó ella, se giró y con lagrimas resbalando sobre sus coloradas mejillas caminó hasta casa, sus piernas temblando y su corazón agitado, se resbaló al suelo, apenas cruzó y cerró la puerta.




 —gritó ella, se giró y con lagrimas resbalando sobre sus coloradas mejillas caminó hasta casa, sus piernas temblando y su corazón agitado, se resbaló al suelo, apenas cruzó y cerró la puerta

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NAMMIN || EL NOVIO DE MAMÁ 💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora