¿Recuerdas de tu canción favorita? ¿La que cantamos esa noche...?
Si te veo de nuevo,
Te miraré a los ojos y
diré que te extrañé.
En un recuerdo extasiado
está lloviendo cuando baile sólo
Pero cuando esta niebla se despeje
estaré corriendo con mis...
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Al despertar, su cabeza dolió.
Oía la voz de mamá en la sala, escuchando sus pasos una y otra vez, sus gritos pequeños de frustración.
Se sentó en la cama, recostándose en el respaldar, pensando una y otra vez en la noche anterior, pensando seriamente en que hacer para no sentir el mismo nudo de siempre asfixiándole.
La puerta se abrió y era Heejin. Portando su vestido color celeste, con una coleta. Sonriendo como todos los días de su vida.
—¡Buen día cariño! —dijo ella. Se acercó hasta Jim y dejó un delicado beso sobre su cabellera rubia. —¿Cómo te sientes? —Ella se sentó a su lado, observando el rostro cansado de su hijo.
—Buen día mamá. —una sonrisa afligida se formó en sus labios. La opresión en su pecho lo estaba matando, la sonrisa única de su madre lo estaba volviendo loco. —Un poco enfermo.
—¿Quieres otra botella de Whiskey? —se burló Hee.
—¡Ay que tú mamá! — la risa de la femenina se oyó fuerte. —
—Levántate y prepárate. Namjoon viene por nosotros. Su familia ya está saliendo de su casa.
—Y-yo... no me siento bien. Me quedaré aquí, no quiero arruinarte el viaje, menos ahora que saldrás con tu suegra.
—Jimin, no. Dijiste que irías si te dejaba ir al concierto. Soporta tu resaca. —El rostro de la femenina se tornó serio y el rubio sabía que tenía que ir sí o sí
—Bien, iré, caramba. ¿Puedo invitar a Wheein? —preguntó Jim. Hee asintió y se levantó de la cama para ir a terminar lo que estaba haciendo.
...
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Jimin se encontraba en su habitación, buscando sus prendas, cuando sonó el timbre de la puerta. No le prestó atención por lo que llegó a suponer que su madre estaba abajo y podría abrir la puerta. Pero, un segundo, tercer y cuarto timbrazo lo desesperó y bajó rápidamente.
Abrió la puerta y se topó con la mirada penetrante de la persona que menos quería encontrar.
