XIV

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Cuando llegó a casa, ya se encontraba vacía, de seguro mamá había ido al hospital

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Cuando llegó a casa, ya se encontraba vacía, de seguro mamá había ido al hospital. Era de esperarse siendo mediados de semana, él se suponía que tenía que estar en clases, pero desde lo acontecido con su mejor amiga no había puesto un solo pies en la universidad. No tenía cabezas para enredarse en las clases diarias y mucho menos para toparse con aquel tipo que se creía mucho y que decir venir a él con las mejores intenciones de ser un amigo para él.

Se tumbó en la cama, mirando fijamente el tumbado de su habitación, blanco y con un diseño que apenas podía distinguir, un sonoro suspiro se escabulle de su boca acompañado de una respiración profunda, disfrutando del silencio del momento, y encontrar una paz para él. La rama de un árbol que se arrastraba con el techo le hizo pegar un salto de susto, tal vez, fue un viento fuerte la causa de aquel inocente sonido en su techo; levantándose de la cama, buscó sus prendas entre su armario, ropa fresca y cómoda, minutos después ya se encontraba en el baño, degustando de una fresca ducha, liberándose de cualquier "suciedad" pero, había sido más efectiva para liberar la mente pesada, liberarlo del estrés y de cualquier pensamiento que no debería presentarse en su cabeza.

Al finalizar de la ducha, caminó hasta la cocina, buscando comida que pudiera ingerir, pero el tono de llamada de su celular le avisaba que tenía una llamada entrante de un numero desconocido, contestó en el tercer tono y la reconocible voz del novio de su mamá, le saludó de forma amigable.

—¿Cómo estás tú? —cuestionó segundos después del largo silencio en el que se habían metido apenas dieron el primer saludo. Jimin tragó su propia saliva y pasó su mano derecha sobre su rostro, temiendo el que pueda contestar en aquella pregunta.

—Y-yo... no lo sé. —su voz sonó como un suave susurró, el hombre que estaba en el otro lado de la línea, logró escuchar la respiración agitada del rubio. —... no sé cómo debo contestarte, es difícil... ver así a Whe...-

—No me refería a eso Jimin. Hablo de ti... desde ese día del sepelio de la mamá de Wheein no te había vuelto a ver y no me podía quitar de la cabeza el cómo estabas tú... estaba preocupado por ti, Jim... —Al estar hablando con él y sin ver el rostro de ese joven, le era difícil creer toda palabra que soltaba ese muchacho. —

—Y-yo estoy bien. Solo fue ese día... era el sentimiento del momento... ya sabes, era duro ver como ellos lloraban... y me dolió mucho porque conocía a la mamá de mi mejor amiga, ella era una gran persona y se sentía triste... —un sollozo se escapó de Jimin, había roto en lagrimas y Namjoon lo corroboró cuando sentía los sollozos de aquel chico en su oído. —

—Tranquilo, Jimin... —susurró. —Esperame en casa, iré a visitarte por unos segundos... —

—No es neces...- —La llamada colgó. El rubio limpió sus lagrimas y dejó el dispositivo en el mesón de la cocina, se recostó en una de las paredes y se quedó en blanco, mirando a un punto fijo que era insignificante, suspiros nuevamente se escapan de él y no podía más que hacer. Su celular nuevamente timbró y en la pantalla mostraba el nombre de la dulce de su mejor amiga. No tardó en contestarle, pero antes de ellos tenía que tener calma, ser un hombre fuerte solo para ella, porque de alguna forma tenía que mantenerse bien si quería levantarla de ese oscuro calabozo en el que estaba encerrada en esos momentos.

NAMMIN || EL NOVIO DE MAMÁ 💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora